En 1992, la construcción del embalse luso de Lindoso anegó para siempre las aldeas gallegas de Aceredo y Buscalque, en Ourense. Sus habitantes nada pudieron hacer para salvar sus tierras ni sus hogares. Sabiendo que todo estaba a punto de perderse, varios vecinos cogieron sus cámaras domésticas y comenzaron a grabar. Sus imágenes, grabadas desde mediados de los años 60, constituyen un valioso documento histórico y etnográfico, filtrado por la subjetividad y las vivencias familiares.

En ellas se basa el largometraje documental "Os días afogados", que se estrenó ayer en el Reino Unido dentro de la sexta edición del Galician Film Forum (GFF), en la universidad King´s College de Londres. Al término de la proyección hubo un coloquio por videoconferencia con los directores de la película, César Souto Vilanova y Luís Avilés Baquero. De forma presencial, la montadora del documental, Cristina Liz Graña, respondió las preguntas del público. Al material grabado citado se añadieron, a finales de los años 80, las grabaciones domésticas de Francisco Villalonga, centradas en la vida de Aceredo. La película se proyectará en gallego con subtítulos en inglés y el encuentro se celebrará en ambas lenguas (más información en galicianfilmforum.gal).

La película "Os días afogados" de César Souto y Luís Avilés emplea este material doméstico y consigue conservar la memoria a punto de desaparecer. Las imágenes del pasado se funden con las grabadas en la actualidad y que son un retrato de la vida de las personas que se asentaron cerca de los lugares de los que fueron expulsados. Con todo, a pesar del uso del archivo, no se trata de una obra sobre el pasado, sino de una lección de que, como dice César Souto, "en el fondo, el pasado no murió, ni siquiera pasó".