Esta investigación "contribuirá a la seguridad ciudadana, porque el terrorismo, tanto de ETA como internacional, es una de las principales preocupaciones en los últimos años", ha señalado a Efe Carmen García Ruiz, responsable de este proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

En este trabajo también participa el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil y la Policía Científica y miembros del recientemente creado Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales.

Actualmente la nitrocelulosa se identifica en explosivos intactos mediante su extracción con disolventes y posterior identificación por espectroscopia infrarroja, mientras que en restos de explosión se analiza mediante su extracción y separación por cromatografía de capa fina, técnicas analíticas que requieren una gran cantidad de muestra.

En este proyecto se pretenden desarrollar herramientas analíticas nuevas mucho más sensibles y con mayor poder de información.

La nitrocelulosa fue inventada por un químico alemán hace más de 160 años y 30 años después fue empleada por Alfred Nobel, el fundador de los premios Nobel, para estabilizar la nitroglicerina conduciendo al descubrimiento de la dinamita.

A pesar de la "longevidad" de esta molécula, hoy en día no existen métodos analíticos que determinen la nitrocelulosa de forma sensible, por ello "es necesario desarrollar métodos analíticos suficientemente sensibles para determinar la nitrocelulosa en los pocos residuos que quedan después de una explosión".

La nitrocelulosa es una molécula muy compleja, que además de tener una elevada masa molar, es heterogénea estructural y químicamente por lo que "se quiere utilizar con fines identificativos en explosivos, es decir, se quiere comprobar si puede actuar como el ADN en la identificación de individuos".

Según ha explicado García Ruiz, existen tres aproximaciones analíticas para el estudio de esta molécula: rota hasta moléculas muy pequeñas, como son los nitratos y nitritos, fragmentada en moléculas más grandes y compleja o de forma intacta.

Sin embargo, "la determinación de nitratos y nitritos requiere estudiar un tratamiento de muestra adecuado para evitar que estos compuestos provengan de otros componentes explosivos (por ejemplo, del nitrato amónico o nitroglicol), o de los propios suelos, lo que podría poner en tela de juicio que los compuestos medidos sólo procedan de la nitrocelulosa del explosivo".

Por lo tanto, el objetivo de este proyecto que ahora comienza, según García Ruiz, es estudiar la nitrocelulosa intacta con el fin de que sirva para identificar los explosivos que contengan nitrocelulosa y sean utilizados en hechos delictivos, sobre todo pensando en atentados terroristas.

Tras realizar el desarrollo analítico, el objetivo de este grupo de investigadores es el de diseñar una base de datos para explosivos comerciales y militares que proporcionará a la policía científica y al servicio de criminalística de la Guardia Civil la información necesaria para saber qué tipo de explosivo se ha utilizado e, incluso, dónde se ha fabricado.

García Ruiz ha reconocido que el reto es importante, pero "estamos en condiciones de conseguirlo, hemos seleccionado la tecnología adecuada".

En este sentido, García Ruiz ha afirmado que para estudiar una molécula tan compleja van a utilizar la electroforesis capilar, que ha permitido descifrar el genoma humano, y la espectrometría de masas, que está contribuyendo decisivamente en el estudio de otras macromoléculas como las proteínas.

El proyecto ha recibido 340.000 euros del Ministerio de Ciencia e Innovación.