Watkins, que dirige la Fundación que lidera la protección de la naturaleza en el archipiélago ecuatoriano, a mil kilómetros del continente, en aguas del Pacífico, afirmó que "las Galápagos son las mejor conservadas de las islas tropicales en el mundo", pero advirtió de que el modelo actual de desarrollo, "no es sostenible".

"Si seguimos la dirección en que vamos, no vamos a llegar donde queremos", agregó Watkins, para quien, la imposición de un nuevo modelo "va a demorar 15 ó 20 años", por lo que considera que hay que "empezar ahora" a solucionar una serie de problemas.

Para Watkins, el proceso de cambio "ya está empezando a darse y tiene tres elementos que son claves", el primero de ellos "definir quién está liderando Galápagos y elaborar una visión clara del futuro, de dónde vamos y cómo vamos a llegar".

Hasta ahora, recordó Watkins, unas setenta instituciones del Gobierno actuaban en Galápagos, donde creaban una "telaraña" que no permitía claridad en el liderazgo para una labor eficiente, lo que en estos momentos ha empezado a cambiar, con el nombramiento de un gobernador con amplio respaldo del Ejecutivo.

"El segundo punto es analizar bien todo el modelo económico de Galápagos, saber bien qué está pasando y moverlo hacia un modelo de sostenibilidad y esto, por supuesto, tiene que empezar con el negocio más grande, que es el turismo", recalcó Watkins.

Propugna que se tomen medidas para limitar la entrada de turistas y apunta que se de prioridad a empresas locales de calidad, con créditos y apoyo técnico, sobre todo para los barcos turísticos de pequeña capacidad.

En 2007, 170.00 turistas (de los que 120.000 eran extranjeros y 50.000 ecuatorianos) visitaron las islas, una cifra que supera ampliamente los 140.000 de 2006 o los 122.000 de 2005.

Esto ha hecho que en 2007 el número de vuelos a las islas llegue a los 30 semanales, el doble que en 2001, y posibilitado que los negocios turísticos se multipliquen, al pasarse de un turismo ecológico a un turismo masivo, lo que ha llevado al crecimiento de la población de las islas, que es de cerca de 30.000 personas.

El tercer aspecto, señaló, "es aplicar lo que se había planteado en 1998 con la reforma educativa integral de Galápagos, que requiere cambios no sólo en educación ambiental, sino en la parte de cómo capacitar a la gente para que pueda trabajar aquí y sea parte de un sistema económico sostenible".

"Fuera de estos tres puntos, hay que seguir apagando los fuegos que van a venir o que ya están acá, particularmente manejar especies invasivas, asegurar que no perdemos más especies amenazadas y minimizar los riesgos de contaminación y otros aspectos que vienen con un modelo no sostenible de desarrollo", aseveró.

"Atacando estos problemas, quizá se pueda lograr construir uno de los primeros modelos para el mundo de una sociedad sostenible y asegurar, al mismo tiempo, la conservación de un lugar tan especial como Galápagos", dijo Watkins.

Sin embargo, hay motivos para el "optimismo", según Watkins, pues en ese archipiélago, cuyas peculiares especies endémicas inspiraron a Darwin la teoría de la evolución, "las islas no habitadas ahora están en mejores condiciones que hace cien años".

Para él, que tiene su base en la Estación Ambiental Charles Darwin, en Puerto Ayora, la capital de Galápagos, en la isla de Santa Cruz, "en el último año, en Galápagos se dieron pasos adelante".

"El más importante fue el reconocer la necesidad de hacer un cambio profundo", señaló Watkins, para quien más trascendente que la inclusión en el Patrimonio en Peligro de la UNESCO fue la declaración de emergencia del presidente de Ecuador, Rafael Correa.

El 10 de abril de 2007, Correa declaró en riesgo las Galápagos y firmó un decreto en el que establecía como prioridad nacional su conservación, al tiempo que propugnaba un modelo de desarrollo social y económico sostenible para las islas.

Dos meses y medio después, el 26 de junio, la UNESCO las declaró Patrimonio en Peligro, en respuesta a su degradación medioambiental por el crecimiento del turismo, la inmigración y la introducción de especies no autóctonas.