Hay que ver lo que da de sí un accidente. Aunque a Virzì le falta la maestría de aquel Haggis que se revelaba al mundo con "Crash" y no le haga ni caso a la víctima, el italiano es capaz de entretejer con eficacia el choque de dos familias: una rica, liderada por un hombre sin escrúpulos,y otra guiada por un alma cándida que aspira a entrar en ese club donde parece que lo más selecto es el dinero.
Cuesta entender que esta especie de parábola sobre leones y gacelas con aires a "los ricos también lloran" le arrebatase a "La gran belleza" el David di Donatello a la mejor película. Anque la reflexión a la que invita, cuánto vale una vida humana, está a la altura de Sorrentino, la forma en la que la plantea, sin ser mala, es de trazos más gruesos.