Un hombre gris y solitario comenzó a perder, un día cualquiera, la capacidad para comunicarse verbalmente con los demás. Intenta la interacción mediante sonidos y gestos, pero no logra hacerse entender. Se encierra en su casa y solo una serie de cartas, el sonido de una estación de onda corta próxima a Moscú y los cuidados que le profesa a un helecho llamado Oliver le mantienen en un relativo contacto con la sociedad. Sale en busca de interlocutores y lucha por hacerse entender. Cada una de sus salidas culminará en una situación tragicómica y en la certeza de que ya nada le ata a su territorio. T.G.