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DELICIAS DE GALICIA

Cocina con fortaleza

El Parador de Baiona suma a su mucha historia una excelente gastronomía basada en la mejor despensa gallega

Sergio González, Ramón Raña y el chef Pedro Merino.

Desafía al mar resguardado tras una muralla. El antiguo castillo de Monterreal en Baiona, convertido desde los años sesenta en Parador, a su mucha historia y reconocimientos suma una reputada gastronomía asentada en la mejor tradición gallega a base de pescados y mariscos de la zona y carnes que transportan a todo un mundo de sabores. La vieja fortaleza del Conde de Gondomar es hoy lugar de sosiego de cuerpo y espíritu que a su ubicación privilegiada une la posibilidad de disfrutar de los momentos de mesa y mental casi sobre el océano, ese desde el que llegó la Pinta el 1 de marzo de 1493.

El Parador está considerado uno de los más bellos de España por su emplazamiento. Hay quien dice que contemplar su puesta de sol sobre el mar es un espectáculo único, difícil de comparar a cualquier otra experiencia. Y más si se hace degustando alguno de los manjares que salen de la cocina de este castillo al borde del Atlántico. La antigua fortaleza dispone de dos espacios en los que saborear los frutos del mar y otras viandas, el restaurante Torre del Príncipe -con unas espectaculares vistas- y el Enxebre A Pinta, este último abierto fines de semana, en Pascua, los meses de verano y cuando acontecen jornadas o encuentros. Los establecimientos "enxebres" de los paradores basan su catálogo en presentaciones tradicionales realizadas con los mejores productos gallegos. Así se puede degustar pulpo á feira, empanada casera, vieiras al horno y otras suculentas propuestas autóctonas.

El lomo de lubina salvaje con navajas sobre esencia de grelos o el arroz con bogavante son dos de las especialidades de la casa, al mando de cuyos fogones está Pedro Merino, un chef meticuloso amante de la cocina desde siempre. Con un bagaje acumulado de larga -y premiada- experiencia llegó a Baiona, donde los protagonistas son los mejores y más frescos productos de la zona. Pedro y su equipo hacen una cocina gallega actualizada en la que se cuidan los puntos de cocción y los platos, además de sanos y suculentos, son atractivos tanto a la vista como al paladar.

San Martiño a la plancha con brotes verdes.

A la oferta se suma la carta del restaurante Torre del Príncipe, volcado al mar. Los postres, cuidados y artesanos, van desde filloas rellenas de compota de manzana y caramelo a pastel de chocolate y nueces con helado artesano o cañitas rellenas. Todo regado con una surtida carta de vinos.

Vista de la sala del restaurante Torre del Príncipe.

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