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KARTS

Una cuestión de peso

La viguesa Adriana Nieto corre el campeonato portugués ante la imposibilidad de afrontar los viajes para hacer el Nacional l Su corpulencia, un problema hasta que cambie de categoría

Una cuestión de peso

Adriana Nieto Araújo quiere ir más rápido. Con apenas siete años, esta viguesa participa en el circuito portugués de karts dado que hacer el Campeonato de España supondría un coste en desplazamientos inasumible. Su coche no anda todo lo que a ella le gustaría y, por el momento, el podio y los triunfos parecen lejanos. Pero todo se reduce a una cuestión de peso.

Por su edad, Adriana participa en la categoría reservada para niños y niñas de 5 a 7 años. Sin embargo, su altura y corpulencia son sensiblemente superiores a las del resto de los pilotos que participan en las pruebas del campeonato luso. Todos ellos tienen que poner lastre en sus karts para dar en la báscula los 70 kilos que deben pesar como mínimo el binomio formado por piloto y vehículo. Adriana, en el mejor de los casos, supera los 76 kilos sin necesidad de poner pesos adicionales en su kart.

Esa diferencia se nota mucho puesto que la potencia de los motores también es muy limitada. "El kart no anda más rápido", explica resignada la joven piloto viguesa. Por eso, mientras disfruta del final de una temporada a la que aún le queda una prueba en Faro durante el mes de noviembre y alguna copa más antes de final de año, piensa ya en el futuro cercano. Para el año cambiará de categoría, pasará a disputar el campeonato cadete para niños de 8 a 11 años, y sus posibilidades de pelear por los primeros puestos aumentarán. "Espero que el año que viene pueda quedar delante. A mí me gusta la velocidad pero lo que más me gusta son los trofeos", revela Adriana, que dedica también un día a la semana a dar sus primeros pasos en el mundo del tenis.

Su afición llega por vía paterna. A su padre, Antonio, le apasiona el mundo del motor en todas sus fórmulas. Pero el gusanillo por los karts se despertó "viendo a mi primo Francisco, que es un poco mayor que yo y competía. Lo vi, probé y me gustó".

Adriana resume perfectamente el balance de su primera temporada como piloto. "Fue muy divertida. Me gustó mucho aunque yo no podía adelantar a casi nadie. Más bien me adelantaban ellos. Para el año que viene espero poder competir e intentar ser primera alguna vez", desea.

La nacionalidad de su padre y la escasez de pruebas en Galicia, unidas al altísimo coste que supondría participar en el Campeonato de España, motivaron la decisión de que participase en el circuito nacional portugués y en las copas y competiciones que se organizan en el país vecino. "Si hay alguna prueba del Campeonato de España aquí cerca intentaremos ir", explica Antonio.

Para ella, tener que desplazarse no es un problema. Está acostumbrada a salir de clase los viernes y subirse al coche durante varias horas para poder ir a entrenar a Viana do Castelo. "Cuando tenemos carreras lejos tenemos cinco o seis horas de viaje. En verano es mejor porque puedo entrenar casi todos los días", puntualiza Adriana, siempre pendiente en esos desplazamientos de que su padre, otro aficionado a la velocidad, no exceda los límites permitidos.

Un accidente sin mayores consecuencias, el primer susto

  • En la última carrera disputada en tierras lusas, Adriana descubrió en primera persona los peligros que entraña la competición. "Se me subió encima un kart. El otro niño no me vio y chocó de lado contra mí. Me asusté un poco por el golpe y al ver que tenía encima el otro coche pero afortunadamente no fue nada y todo se quedó en un susto", explica la joven piloto viguesa.

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