Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Montañeiros vigueses coronan varias cumbres de los Alpes italianos

" Sesenta integrantes del club Peña Trevinca participaron en diferentes rutas por los Alpes italianos

Componentes del club Peña Trevinca que coronaron la cumbre suiza del Grand Chenalett a 2.889 metros. // Cedida

Este es un año especial para el club vigués Peña Trevinca. Celebra su 75º aniversario y dentro de la programación para conmemorarlo, figuraba el campamento de verano en el valle de Aosta en la primera quincena del mes de agosto. Y allá fueron los montañeros vigueses. Sesenta socios del club se repartieron el viaje. Mientras 25 partían en autobús el día 3, otros 35 lo hacían al día siguiente en avión desde Vigo a Madrid, con llegada posterior al aeropuerto suizo de Ginebra.

La base de las actividades tuvo su centró en la localidad de Arpy, muy cerca de Courmayeur, desde donde parten grandes ascensiones alpinas por la vertiente italiana, apenas a unos kilómetros de la salida del túnel del Mont Blanc, cuyo macizo se podía admirar cada mañana y durante las actividades. "La localización de este lugar fue clave para el desarrollo de las actividades, senderismo, montañismo y escalada, pues en su entorno están localizadas grandes montañas o parques nacionales como el del Gran Paradiso que también visitamos", comenta Lois Faro, vicepresidente del club y responsable de la localización y programación de las rutas.

Ya el primer día se formó un grupo que ascendió al Mont Chetif, de 2.343m, a través de una vía ferrata, salvando un desnivel de algo más de mil metros. Esta cima está situada al pie mismo de Courmayeur, nombre indisolublemente vinculado al Mont Blanc. Mientras, el grupo más numeroso partía desde Frebougé. Tras alcanzar el refugio Bonatti que luce su nombre en honor al magistral montañero, considerado por historiadores del montañismo como la gran figura de todos los tiempos, junto con Messner, se tomaba contacto con la roca alpina serpenteando hasta la cumbre del Testa Bernarda por encima de los 2.500m. Este sería el aperitivo de lo que vendría después y sirvió para estirar músculos tras el largo viaje desde Vigo.

En la jornada del día seis llegó para muchos el primer tres mil con la cima del Mont Creya, de 3.015 m, que sirvió para ir preparándose y aclimatándose para alturas superiores que llegarían dos días después. El Bardoney de 2.710 m fue la opción mas "suave" del día si bien fue necesario realizar un desnivel de 1.100 m para alcanzar esta hermosa cumbre rodeada de lagos e innumerables cascadas desde el punto de inicio en Lillaz. Una gran jornada con esta cumbre para el grupo de "senderistas".

El macizo del Gran Paradiso, entre el valle de Aosta y el Piamonte, es el séptimo en altitud de los Alpes Grayos. La ascensión a la cima principal, de 4.061m de altitud, suele utilizarse como entrenamiento y aclimatación para subir al Mont Blanc.

Y para esta ascensión, la más aguardada entre muchos socios, fue necesario aproximarse en la jornada anterior, el día siete, al refugio Vittorio Enmanuele II situado ya a 2.735m, lugar de pernocta de la mayoría de montañeros que intentan hacer esa cumbre. "Nos organizamos en cinco cordadas de cuatro, con un guía, y comenzamos a caminar apenas pasadas las 4,30h de la mañana", relata Carlos Garrido, presidente del club. "Afortunadamente, las tormentas dieron una tregua a partir justo de la jornada anterior y la temperatura era muy agradable, pese a la temprana hora y la altitud, gracias también a la ausencia total de viento. Alcanzamos el glaciar que cuelga desde la cumbre poco antes del amanecer. Perfectamente equipados caminamos durante casi cinco horas sobre la poca nieve que hacía de manto sobre el hielo, rodeados de otros grupos de distintas nacionalidades que eligen esta cumbre entre sus actividades alpinas.

Los últimos metros son los únicos que tienen cierta dificultad, pues es necesario salvar los grandes bloques de roca, desnudos en esta época del año, a través de una pequeña ferrata y utilizando unas chapas fijas y otros elementos donde asegurarse por la estrecha arista que lleva a la cumbre. Tan estrecha que, además de la imagen de "La Madonna" que corona la cima, apenas pueden estar media docena de personas alrededor. La cumbre de 4.061m fue alcanzada por los cinco grupos y la climatología, que seguía siendo favorable, hizo que disfrutaran de unas espectaculares panorámicas de los macizos italianos y franceses al alcance de su vista, con el Cervino y el Mont Blanc como grandes protagonistas.

La jornada "clave" desde el punto de vista deportivo no tuvo su final hasta que descendieron los 2.100m de desnivel que les separaban de Pont, completando así, tras un descanso de una hora en el refugio, doce horas de actividad que "nos llenaron de satisfacción, haciéndonos merecedores de un descanso al día siguiente" .

"Desde el mismo albergue de Arpy, a 1680 m de altitud y que en su día había sido un pequeño poblado de mineros que extraían mineral de hierro de las zonas próximas, salimos caminando todos juntos el sábado día 10 hacia el Lago de Arpy", comenta Lois Faro. "Llegados al lago volvimos a establecer dos grupos con dos objetivos distintos: Punta de la Croce, de 2.478m, y el Mont Colmet de 3.024m. Resultó ser otra jornada espectacular para todos y quizás un poco sorprendente el descenso desde la cumbre por una arista muy vertical y descompuesta que nos obligó a permanecer muy juntos y atentos al desprendimiento de piedras o caídas. Pasamos dos collados donde los restos de barricadas y derruidas construcciones militares permanecen como testigo fiel de las distintas y terribles guerras que se vivieron en esta zona fronteriza en el siglo pasado".

Ya en la penúltima jornada los montañeros vigueses se desplazaron hasta la mismísima frontera con Suiza, al valle de Ollomont, donde iniciaron los recorridos desde el famoso Coll de San Bernardo. Por este punto pasa la ruta de la famosa peregrinación Vía Francíxena, que tiene su inicio en la ciudad inglesa de Canterbury y finaliza en la Plaza del Vaticano en Roma. Vía esta muy transitada desde el centro de Europa y por la cual, se dice, que se fugó el famoso teólogo francés Calvino cuando buscó refugio en Suiza.

Nuevamente un grupo de 15 componentes se equipó adecuadamente para utilizar las vías ferratas que apoyan la ascensión al Grand Chenalette de 2.889 m y el Pointe e Drône, 2.949 m. Los demás, en un recorrido circular por la vertiente suiza con final de nuevo en la frontera, hicieron coincidir la ruta en el lago de la Fenêtre y, mas o menos juntos, fueron llegando al punto final de la jornada.

Un constante subir y bajar por collados y cumbres, sorteando hermosos lagos de alta montaña, fueron quedando en la retina y el recuerdo de los participantes en este campamento que finalizaría el día doce con un recorrido por los bosques de Morgex.

Los glaciares, o desgraciadamente lo que queda de ellos, iluminaron el paisaje de las altas cumbres, ensalzándolas desde cualquier punto que fueran observadas. El Mont Blanc, Las Grandes Jorasses, el Diente del Gigante?innumerables macizos de esta enorme muralla natural alpina cuna de las grandes conquistas en los siglos pasados y que son hoy, por suerte o por desgracia según como se mire, destino turístico mundial.

Compartir el artículo

stats