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Puente aéreo artístico entre el Atlántico y el Mediterráneo

El dibujante Joma y músicos vigueses inauguraron el viernes Bigo-Varcelona, el nuevo proyecto del espacio Cubo

El dibujante Joma. // Alfons Freire

Tras la despedida de la primera exposición que se colgó de sus paredes, con obras de Iria Vázquez, Yolanda Carbajales y Pilar Alonso, Cubo inauguró el viernes su nuevo proyecto, Bigo-Varcelona, un puente aéreo artístico que busca poner en contacto a creadores de ambas ciudades.

El dibujante barcelonés Joma abrió el ciclo el viernes y el sábado, pintando ante el público acompañado de músicos vigueses. El primer día, Marco Maril, con su música electrónica, y Macarena Montesinos al violoncello crearon junto al artista catalán una escenografía muy especial en la que, a lo largo de casi una hora, imágenes y sonidos se entrelazaron para explicar la historia de la difícil relación con el otro y la falta de empatía hacia aquellas personas que tienen que dejar su país de origen por los motivos más diversos pero siempre terribles: hambres, guerras, persecución política y ahora también cambio climático.

En el lienzo fueron surgiendo rostros de extranjeros y las del propio público, con un final nada complaciente en el que el agua de las esponjas hizo desaparecer la mayoría de las caras, quedando únicamente sanas y salvas las de los allí presentes.

El sábado se desarrollo de manera muy distinta. Medio centenar de personas tuvieron la oportunidad de escuchar a Felipe Agell (clarinete) y David Arroyos (fagot), que propusieron una serie de piezas de música contemporánea para crear el espectáculo con Joma sin ningún ensallo previo.

Músicos y artista apenas se conocían y fue un trabajo de improvisación donde el trazo fue surgiendo a partir de lo sugerido por los sonidos. Se tocaron obras de Gerard Grisey, Manolo Ribera y se interpretaron por primera vez a nivel mundial composiciones de Jesús González, Anton L. Pulido y David Arroyos, mientras Joma contaba al espectador una pequeña historia en la nueva tela, con árboles, pájaros y frutos que acaban convertidos en instrumento musical.

El ciclo Bigo-Varcelona continuará el próximo mes de junio con la escena "Miradas", que reunirá a un artista plástico local por confirmar y a Sandro Solsona, un pintor brasileño afincado en Barcelona.

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