"Rompamos juntos barreras por el autismo. Hagamos una sociedad accesible" fue el lema elegido este año para celebrar, el domingo, el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Una sociedad accesible ha de ser una sociedad que conozca y reconozca a las personas autistas, y este es precisamente el objetivo de la exposición que alberga la Casa das Mulleres (Romil, 20) hasta el próximo día 12.
En "Objetivo visibilizando el autismo III", Paula Verde, Olga Lalín y Esther Medraño muestran juntas, por tercera vez, sus proyectos artísticos, en los que funden fotografía y poesía.
Las obras expuestas por Paula forman parte de "Mi mirada te hace grande" ( objetivovisibilizandoelautismo.com), un proyecto fotográfica que nació cuando diagnosticaron a su hijo Héctor, de 6 años, con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
En esta ocasión, las imágenes confluyen mediante el hilo conductor creado por las definiciones "poéticas" con las que Esther ha resignificado palabras como normalidad ("utopía estadística inalcanzable para algunos"); autismo ("hechizo arrebatador de un futuro colectivo esperado"); grado ("unidad de medida de la calidad diaria de las sonrisas"); espectro ("pantone atípico de matices interpretados por otros") o socialización ("barreras invisibles entre personas").
"Mi proyecto evoluciona a la par que evoluciona Héctor", explica Paula, quien en las imágenes plasma la vida diaria de su hijo, así como la convivencia con sus dos hermanos, Martín, de 8 años, y Lucas, de 4."Este proyecto ha sido desde el principio una manera de conectar con Héctor, pero un día vino Martín y me dijo que él también era hijo mío. Y realmente a través de él estoy aprendiendo muchísimas cosas; me está haciendo reinventarme a cada momento por la manera que tiene de ver a su hermano, normalizándolo completamente ante todo el mundo. Por eso empecé a plasmar más a menudo la relación que existe entre ellos".
Romper falsos mitos
Además de visibilizar el autismo, la exposición también tiene como objetivo romper falsos mitos. "No son niños a los que les guste estar solos o que no quieran relacionarse. No son niños que vivan en su mundo, sino que tienen su manera particular de vivir en el mundo", afirma Paula.
Sobre esta diversidad gira el proyecto de micropoemas de Olga Lalín y Esther Medraño, madre y terapeuta, respectivamente, de Manuel, un niño también con autismo. Creadoras del proyecto "Alto, alto como una montaña" ( afrontandoelautismoconsensibilidad.wordpress.com) y del libro "Me duele la luna", son las autoras de los micropoemas que cuelgan de las paredes de la Casa das Mulleres, con los que quieren romper la visión establecida sobre las llamadas discapacidades, rechazando los prejuicios y reivindicando a sus hijos como merecedores de exactamente los mismos derechos que los demás niños.
