La Primitiva millonaria tiene dueño y la Policía Nacional cree haberlo identificado. Años de investigación han llevado a los agentes a una única persona que usaba siempre los mismos números de las apuestas manuales que acompañan al boleto premiado con 4,7 millones de euros —una apuesta automática—. Este apostante, según los estudios de las tarjetas de crédito y los sistemas de geolocalización, estuvo en el Carrefour de Alfonso Molina cuando se sellaron los boletos en junio de 2012 y en un supermercado próximo a San Agustín poco después de que se comprobasen en la administración. El hombre ya ha fallecido.

Desde que en septiembre de 2013 se depositó el boleto millonario en el Ayuntamiento y se publicó el hallazgo en el Boletín Oficial de la Provincia, 333 demandantes han asegurado que ese premio les pertenece. El primer reclamante del que se tiene constancia, según el informe policial, es un hombre que solicitó a la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado (Selae) que se le pagase el premio, alegando que presentó el billete a consulta en la administración de San Agustín pero no le fue devuelto. La Selae desestimó su solicitud por las “desemejanzas” entre lo reclamado y la realidad.

La Policía inició así una investigación mediante la cual comprobó en diferentes localidades de España sellados y cobros con las combinaciones de números que el presunto titular había utilizado en las apuestas manuales que acompañaban a la automática, que resultó ganadora. Números que se usaron 49 segundos después de la primera presentación a cobro en la administración de San Agustín. Apuestas que se repetían en diferentes despachos de la ciudad y en otras localidades a las que el legítimo propietario había ido de viaje junto a su mujer. En esos periodos de tiempo, los números desaparecían de las apuestas de A Coruña y se registraban en otras ciudades.

Para comprobarlo, los agentes pidieron datos y documentación a múltiples empresas, a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y también a departamentos de diversas administraciones. Se analizaron, durante años, vuelos, hoteles y transacciones financieras. También pidieron datos sobre alquileres de viviendas, padrón municipal y identificaciones policiales. Todo para dar con el verdadero dueño del boleto premiado.

La Policía fue descartando candidatos utilizando localizaciones geográficas en el momento del sellado y cobro de apuestas y posicionamientos telefónicos. Con un grupo más reducido de posibles ganadores, el 091 inició una comprobación más exhaustiva y confirmó que el propietario estaba en el Carrefour de Alfonso Molina en el momento de la compra de los cuatro boletos y en las proximidades de San Agustín después de su comprobación.

Una vez identificado, la Policía trató de localizarlo, pero tuvo que informar a su familia, pues el hombre falleció en 2014, año y medio después de que tocase su Primitiva en el sorteo del 26 de junio de 2012. Según fuentes policiales, la viuda y la familia desconocían que el hombre fuese el dueño del boleto millonario y ni siquiera lo sospechaban. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 8 concluye en un reciente auto que los hechos pueden ser constitutivos de un presunto delito de apropiación indebida, por el que acuerda seguir la causa contra el lotero de San Agustín — que asegura haber encontrado el boleto premiado cuando estaba solo en su despacho—, su hermano —delegado de Loterías en A Coruña— y otros cuatro altos cargos de Loterías del Estado.