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La tragedia roza San Vicente do Mar

Revienta el viejo depósito de suministro con 800 metros cúbicos de agua - No hubo víctimas personales, pero los daños materiales son muy cuantiosos - La planta baja y la primera de un edificio quedaron totalmente destrozadas - El potente caudal arrastró coches y enseres

El alcalde de O Grove analiza el reventón de un depósito de augua en San Vicente do Mar

El alcalde de O Grove analiza el reventón de un depósito de augua en San Vicente do Mar

Pudo ser una tragedia pero se quedó en catástrofe de enormes daños materiales pero afortunadamente sin víctimas. Eran las 11.30 de la mañana cuando los pocos vecinos que habían llegado para disfrutar del fin de semana en su residencia de vacaciones oyeron un fuerte estruendo que en principio atribuían a la tormenta pero enseguida se dieron cuenta de que era algo más grave pues una enorme riada arrastraba en segundos coches y todo tipo de enseres domésticos por las pendientes de la urbanización de San Vicente do Mar, muy cerca de la capilla.

Había reventado el depósito de agua cargado con 800 metros cúbicos por motivos que todavía se desconocen aunque relacionados con la falta de mantenimiento de las viejas instalaciones.

El alcalde de O Grove José Antonio Cacabelos reconocía que se trata de una instalación de los años setenta que seguramente nunca fue revisada. Tampoco lo hizo el Ayuntamiento porque asumió esta instalación "hace un año" y todavía estaba sin supervisar, explicó.

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Enormes destrozos en San Vicente do Mar al reventar un depósito de agua

El alcalde puso especial énfasis en el hecho de que no se registraron víctimas aunque los daños son enormes pues el agua derribó la planta baja de un edificio, destrozó un chalé, desplazó cuesta abajo cinco vehículos que estaban estacionados y diseminó a su paso numerosos muebles, electrodomésticos, puertas, ventanas y cascotes, entre otros muchos objetos que llegaron a recorrer más de 500 metros de distancia.

Cierto que no se registraron daños humanos pero el riesgo estuvo presente en el minuto escaso que duró el siniestro. La edil de urbanismo Ángeles Domínguez expresaba su enorme alivio al comprobar que dos operarios municipales se salvaron de una tragedia. "Estaban desbrozando cerca del depósito y el agua les cogió de lleno, les cubrió por encima de la cintura, y no resultaron heridos porque uno consiguió abrazarse a un árbol y el otro a unas vallas de obra".

La hipótesis de que hubiera víctimas estuvo presente desde el primer momento. Cacabelos incidió en que el primer trabajo de los servicios de emergencias fue comprobar si había alguna persona en el interior del edificio que resultó más dañado por el reventón. "Cuando comprobaron que no había nadie ya pudieron hacer los estudios de consolidación de las estructuras del inmueble; en principio parece que no existe peligro ni en el depósito ni en el edificio".

Quienes también vieron que se habían salvado de milagro fueron los vecinos del chalé más próximo al depósito que pertenece a la familia Vidal, de Lalín, y que tenía previsto disfrutar de este primer fin de semana en su casa de San Vicente.

Al final es la familia más afectada pues varias estancias de esta casa de veraneo quedaron totalmente inundadas por lo que muebles y demás enseres quedaron inservibles. Dos de los coches de su propiedad quedaron igualmente afectados, uno de ellos voló desde la carretera al interior de la finca. "Menos mal que finalmente no vino mi abuela ni ninguno de los niños porque sino estaríamos hablando de una tragedia", admiten.

En el edificio destrozado junto al depósito también fue el factor suerte el que intervino en la mañana de ayer. Tanto la planta baja como la primera quedaron arrasadas por el tremendo caudal del agua. "Una de las fachadas la tiró la pared del depósito al caer, pero el resto de daños los provocó el caudal que se llevó por delante las ventanas, puertas y todo lo que había en el interior", explicó el regidor.

La suerte es que sus propietarios todavía no llegaron de vacaciones a San Vicente, quizás por las restricciones que provoca el estar en fase 3 de la desescalada por la covid-19.

Pero además de estos daños, el siniestro dejó sin suministro de agua y luz a toda la barriada. Fuentes municipales estiman que están afectadas unas 200 o 300 viviendas de la turística urbanización grovense, en la que sobre todo residen en verano familias de la comarca del Deza, muchos de Lalín y otros tantos de A Estrada.

El gobierno local subraya que el restablecimiento de la electricidad pudo hacerse por la mañana, pero el problema del agua puede ser más grave. "Trataremos de hacer un by-pass desde el depósito de cabecera para restablecer cuanto antes el servicio". Los trabajos se realizarán durante el día de hoy, igual que los de retirada de escombros, una tarea que en parte se acometía ayer.

Los servicios de emergencias también se afanaron durante toda la jornada de ayer para restablecer en parte la normalidad en el barrio de San Vicente y las bombas de achique fueron necesarias para retirar agua en varias zonas.

La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación e incluso contó con el apoyo de un helicóptero para recoger desde el aire la magnitud de la catástrofe.

Los vecinos que se hallaban de vacaciones han tenido que regresar a sus domicilios habituales "pues la casa nuestra quedó destrozada por dentro, está inhabitable", explica uno de los miembros de la familia Vidal. "Nos salvamos porque a esa hora estábamos en la planta superior;menos mal que no había nadie abajo", explicaban con satisfacción.

El Ayuntamiento insiste en que la urbanización es de competencia municipal desde hace solo cinco años, tras un largo litigio con la comunidad de vecinos de San Vicente.

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