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Seis años de prisión para el dueño de un furancho de Vigo por vender droga en él

El acusado culpó a los clientes, pero la sala estima que la cocaína hallada en el almacén era suya

El condenado, en el juicio celebrado en la Audiencia de Vigo. // Fdv

Seis años y dos meses de prisión. Esta es la condena impuesta por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, al dueño de un furancho de la ciudad olívica por vender cocaína en este local. El tribunal ve responsable a F.J.C.G. de un delito de tráfico de drogas y aplica la agravación específica que el Código Penal contempla cuando la venta se hace en establecimiento público. Junto a la pena de cárcel, la sala le impone el pago de una multa de 3.200 euros.

El dispositivo de la Policía Nacional que dio lugar a la apertura de esta causa judicial se remonta a la madrugada del 18 de marzo de 2018. Eran aproximadamente las tres de la mañana cuando unos agentes vieron a un individuo en la calle, en actitud vigilante, "como si buscara a alguien". Ante las sospechas de que ese hombre podría estar buscando la manera de conseguir droga, los policías procedieron a vigilarlo. Tras hablar por teléfono con alguien, el varón cogió un taxi, que lo llevó a donde estaba el furancho. Los efectivos lo siguieron y vieron que el vehículo quedó fuera esperando mientras el hombre accedía al establecimiento, regentado por el ahora condenado.

Una vez dentro, y según también se declara probado en la sentencia, ese varón contactó con el acusado, con el que estuvo conversando unos minutos. Fue en ese momento, señala el tribunal, cuando el dueño del furancho le vendió 2,564 gramos de cocaína a cambio de 155 euros. A raíz de este intercambio, los agentes entraron en el local y en el registro efectuado hallaron en un almacén, en una zona próxima al conducto de ventilación y a unos tres metros de altura, una bolsa de tela con otros siete gramos de la misma droga, una báscula de precisión y una cucharilla de postre.

La sala ve acreditado que el acusado tenía esa sustancia "para destinarla a la venta a terceras personas en el interior de su establecimiento, del que se servía para dar cobertura a dichas ventas". Los magistrados ahondan en ello, señalando que el responsable del furancho se "aprovechó" de las "ventajas" del local y de la "afluencia" de clientes al mismo, ya que si bien iban allí para hacer "consumiciones lícitas", el establecimiento "le venía a facilitar las ventas de cocaína a otro tipo de compradores, estos interesados en la adquisición de droga".

Revuelo

Aunque el acusado negó en el juicio el tráfico de drogas y cualquier relación con los estupefacientes y los efectos encontrados en el almacén, el tribunal no se cree su versión. El hombre, para justificar el hallazgo realizado por la Policía Nacional, alegó que dado el revuelo que se produjo entre los clientes de una cena que se "desmadró" por la entrada de los agentes, alguno pudo aprovechar para colocar allí la cocaína. Un argumento al que la sala no da credibilidad, entre otros motivos porque si fuese así, la persona que ocultó la droga en el altillo tendría que haber usado una escalera. Algo que nadie vio.

La sentencia, con fecha de este pasado octubre, no era firme y contra la misma cabía interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

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