Un control sobre población extranjera realizado en octubre del 2012 en la zona de O Berbés por parte de la UCRIF de Vigo inició la investigación contra cinco ciudadanos nigerianos por presuntos delitos de inmigración clandestina (en concurso ideal-medial con un ilícito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual), cuya instrucción judicial se prolongó durante seis años. La Fiscalía solicita penas de 4 años y 9 meses de prisión para los dos cabecillas de un clan que traía a mujeres del país africano para obligarlas a ejercer la prostitución intimidándoles con el pacto de la ceremonia de vudú, asegurando así que "no escaparían de su control". Los demás acusados, todos nacidos en Nigeria, se enfrentan a 4, 2 y 1 año y tres meses de cárcel respectivamente.

La pena por dichos delitos podría ser mayor si no fuera por este retraso en la instrucción, demora que responde a la falta de recursos "personales y materiales" para llevar a cabo el volcado de datos. Y es que la causa permaneció "paralizada" a la espera de la prueba pericial informática del volcado de datos de teléfonos u ordenadores desde diciembre de 2014 a marzo de 2017. Pasarían casi otros dos años hasta que se dictó auto de Procedimiento Abreviado. Así, la Fiscalía recalca en su escrito que concurren para todos los acusados y todos los delitos la atenuante cualificada de dilaciones indebidas.

Hechos

La técnica que empleaba esta red para presuntamente coaccionar a las mujeres se basaba en la práctica el rito del vudú, técnica ocurrente en la captación de víctimas debido a la creencia y amenazas a las familias de las víctimas en caso del no cumplimiento de las órdenes del clan. En los tribunales de Vigo en los últimos años se han juzgados varios casos parejos.

En esta ocasión, tres de los acusados, residentes en Vigo, "acordaron la captación y traslado" de una mujer nigeriana a España. Para ello, antes de iniciar el viaje, la sometieron supuestamente al pacto del vudú ante un brujo: "Le cortaron muestras biológicas tales como uñas, vello público, etc; jurando el cumplimiento del pacto de vudú y de las normas e instrucciones impuestas por los acusados para asegurarse el éxito económico y abundancia de trabajo de la víctima". El escrito recoge también que en este rito, el brujo le advirtió que debía abonar la deuda y no escapar, "vinculando así el pago de la deuda a desgracias para la propia víctima o su familia".

Los acusados la trasladaron al territorio Shengen "en forma irregular" donde permanecería bajo el control de los acusados "ejerciendo la prostitución" hasta el abono de la deuda contraída por el traslado, casi 11.000 euros, recoge el escrito. La víctima fue alojada por un intermediario en Lagos, facilitándose, siempre según la Fiscalía, un billete de avión así como un visado "falso". A su llegada a Madrid, viajaron hasta Barcelona donde a la mujer la recogió otro de los acusados hasta Manlleu donde fue alojada. La Brigada de Extranjería la rescató el día siguiente de su llegada.

El segundo de los hechos que se les imputan a los acusados reza del año 2013. La deuda que en este caso afrontaba presuntamente la víctima eran 50.000 euros, que el clan se habría asegurado obtener tras someterla también al rito vudú, en este caso en "Benin City". Su modus operandi fue semejante al anterior, si bien en lugar de trasladar a la víctima a Barcelona, otros dos acusados la alojaron en un domicilio de Redondela, donde fue sorprendida por la UCRIF de Vigo.