Parecía una noche de Viernes Santo tranquila cuando una vecina de la zona de la Seara, en Vigo, vio unas sombras extrañas proyectadas por la luz de una linterna a través de las ventanas del piso de al lado. Alertada, llamó a la Policía Local para informar de que pensaba que se estaba produciendo un robo.

Las sospechas de la vecina se confirmaron con la llegada de los agentes. Allí se encontraron toda la casa revuelta y lo que parecía el botín del robo amontonado en la entrada de la vivienda. Sin embargo no había rastro del ladrón.

Después de buscar por el inmueble, los policías accedieron por una trampilla situada en el techo a la buhardilla y allí encontraron, no sin esfuerzo, a la persona que estaban buscando. Escondido dentro de una caja y tapado con un montón de cortinas se toparon con un ciudadano de nacionalidad rumana de 21 años. El sospechoso del robo resultó ser, además, el vecino del bajo que aprovechó que el dueño de la vivienda no se encontraba en casa para colarse en su interior.