José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, asesino confeso de Diana Quer por la desaparición y muerte de la joven de 18 años y si ha de ser un jurado popular y no un tribunal profesional el que ha de dictaminar su culpabilidad.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha informado este jueves de que la comparecencia está fijada para las once de la mañana, en el juzgado de Ribeira (A Coruña), y también de que la defensa no ha interesado la presencia del único acusado por este crimen, interno en la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, de modo que no acudirá.

Una vez culmine esta convocatoria, el juez enviará la totalidad de la documentación a Santiago, pues será en esa ciudad, donde está la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, en la que se celebre la vista oral, en una fecha que quedaría pendiente de fijar.

La Fiscalía pide prisión permanente revisable para el Chicle, acusado de agredir sexualmente y asesinar a la chica, y le reclama una indemnización para sus padres, Juan Carlos y Diana, de 254.000 euros y de 36.000 para su hermana menor, Valeria.

En el escrito de acusación, el fiscal solicita prisión permanente por asesinato, una pena de veinte años de prisión e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena por el delito de detención ilegal, así como doce años de prisión e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena por el delito de agresión sexual.

Igualmente, el Ministerio Público estima que procede imponer la medida de libertad vigilada por tiempo de entre cinco y diez años.

Diana Quer salió 22 de agosto de 2016 a una fiesta en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), donde veraneaba con su madre y su hermana, y nunca regresó.

Su cadáver se encontró en el pozo de una nave abandonada del municipio cercano de Rianxo el 31 de diciembre de 2017, dos días después del arresto del presunto culpable de su muerte violenta.

En sus conclusiones, el fiscal relata que el acusado siguió con su coche a la adolescente, que regresaba sola a su casa de veraneo, "acechándola hasta llegar al sitio más apropiado para después abordarla y aprehenderla con la finalidad de agredirla sexualmente, consciente de que nadie podría auxiliarla".

Diana Quer caminaba absorta escribiendo mensajes en su móvil "cuando el acusado, actuando con el propósito de privarla de libertad de movimientos y de comunicación y de atentar contra su libertad sexual, abordó y se abalanzó violentamente" sobre ella, "arrebatándole, además, su móvil para que no pudiera pedir ayuda.

El acusado, continúa el fiscal, "la arrastró hasta su vehículo y la introdujo en el maletero del mismo, espacioso y de gran capacidad, en donde la maniató de pies y manos con bridas y amordazó con cinta adhesiva, anulando cualquier posibilidad de escapatoria".

En su coche la llevó a la antigua fábrica de gaseosas situada en Rianxo, un lugar conocido por el Chicle por estar próximo al domicilio de sus padres, donde sabía que no había vigilancia y que "contaba con camas y colchones en desuso, pero que eran adecuados para sus fines libidinosos, por lo que era el lugar perfecto para consumar su acción de violarla", añade el Ministerio Público en el escrito facilitado a la prensa.

Allí, ya con la joven "totalmente a su merced, atada, sometida y aterrorizada, la desnudó, la manoseó con ánimo de satisfacer sus instintos sexuales y la penetró vaginalmente mientras esta se resistía, llegando el acusado a colocarle una brida plástica alrededor del cuello" que apretó "fuertemente con la intención de atentar contra su vida y para ocultar los hechos anteriormente descritos, llegando a matarla por estrangulamiento con fractura peri-mortal del asta mayor del hueso hioides".

Una vez consumada su acción sexual y homicida, explica el fiscal, el acusado arrojó el cuerpo de Diana Quer y sus efectos personales a un pozo que sabía que existía en ese lugar y, para asegurarse de que no era descubierto, lo lastró 20 días después con dos grandes bloques de adobe hasta hundirlo y tapó el mismo con una arqueta de hormigón para que el cadáver nunca fuera descubierto.

Los hechos relatados por el fiscal son, según detalla, constitutivos de un delito de detención ilegal, otro de agresión sexual y un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento y para evitar que se descubra otro delito, por lo que solicita las penas de 20 años de prisión por el primero, doce por el segundo y prisión permanente revisable por el tercero.