"Los tengo en la nuca, papá; estoy con la soga metida, no puedo ni moverme". Álvaro M.G., el presunto narco al que la Fiscalía sitúa al frente de una red que se especializó en traficar con droga impregnada en maletas, se expresaba así con uno de sus contactos a finales de marzo de 2017. Apenas un par de días antes habían sufrido un revés. Una mujer procedente de Paraguay que viajaba con un kilo y medio de cocaína empapada en el equipaje había sido interceptada en el aeropuerto madrileño de Barajas. "Se me cayó la niña", describió en clave en una nueva conversación, en este caso con su supuesto socio arousano, José Luis O.V. "¡Hostia!, y luego? ¿qué hacemos amigo? ¡La madre que me parió!", respondió su interlocutor.

Éstas y otras muchas conversaciones se escucharon ayer en la segunda jornada del juicio que se celebra en Vigo contra los 9 acusados de integrar esta organización, que afrontan penas que suman en total 71 años de prisión. La sesión se centró en lo que se obtuvo de los pinchazos telefónicos. Unas intervenciones que tienen como principal protagonista a Álvaro M.G., que estaba asentado en Cataluña, y que revelan el proceder de esta red. Por teléfono el presunto líder contó por ejemplo a uno de sus contactos sudamericanos que tenía un "químico espectacular" que preparaba las maletas. También explicó por esta vía como hacer la mezcla que se impregnaría en el equipaje.

Cuando llegó el primer revés policial -debido a la interceptación en Barajas de la mujer que viajaba con el equipaje que llevaba camuflada la droga- las conversaciones tenían un tono más pesimista. Pero también revelan un cambio de estrategia para seguir adelante con el plan, en esta ocasión, según la Fiscalía, "organizando el envío de una nueva remesa de estupefacientes desde Sudamérica hasta Barcelona a través de paquetería postal".

"Se me cayó la que tenía, pero estoy buscando a otra; ya la tengo casi", explicaba el presunto cabecilla, que insistía en que "había que hacer las cosas bien y con paciencia". Días antes de la fecha de ese abril de 2017 en que se iba a recibir el envío el tono era positivo: "Todo perfectamente, la niña está bien, le pasó el constipado". Pero aquel plan también salió mal. De nuevo la droga fue interceptada y la red, finalmente desarticulada.