Un incendio, que se detectó pasadas las 4.15 horas de la madrugada de ayer arrasó la nave de la empresa de reparación y pintado de embarcaciones "Obra Viva Composites", ubicada en el barrio moañés de A Paradela. Además, las llamas se extendieron rápidamente hacia la casa anexa a la instalación industrial, que es del propio dueño de la fábrica, causando daños materiales muy graves. Por suerte, las alarmas de los detectores funcionaron a la perfección, alertando a las cinco personas que dormían en la vivienda, en distintos pisos. Todos los residentes, incluida la hija del empresario de un año, salieron por su propio pie del inmueble y se encuentran fuera de peligro.

Es más, fue el empresario, Javier Álvarez, el que inició la lucha contra el fuego echando mano de un depósito de 3.000 litros de capacidad que había instalado por precaución. "Instalé varias medidas de seguridad muy por encima de las exigidas por la Ley, como este depósito y las alarmas. Además de contar con los extintores y todos los certificados", explicaba.

Todo apunta a un psoible cortocircuito."Todo era humo. Cuando entré a la nave no había llama, hasta que empezó a verse el fuego por las ventanas de la casa, entonces llegaron los bomberos", recuerda.

Algo más de una hora tardaron los equipos de lucha contra el fuego en tener las llamas controladas. Antes de ese punto acudieron también los bomberos con su base en O Porriño, con otros tres efectivos. En total fueron 11 las personas que lucharon contra el voraz incendio entre el nerviosismo de los afectados y de los vecinos del barrio. "Nos toca empezar de cero otra vez"dijo muy afectado el propietario de la nave a un conocido.