La evolución del gran narcotráfico ha llevado también a nuevas formas del blanqueo de sus ganancias. "En las Rías Baixas ya no se blanquea dinero de la droga abriendo establecimientos comerciales. Se ha puesto freno a la competencia desleal. Nadie monta aquí un negocio ni se compra un pazo. Los nuevos narcos se llevan el dinero fuera de Galicia a paraísos fiscales, Dubái y Asia. Ahora trabajan sin ostentación, en clandestinidad y lejos de la impunidad de otras épocas. La presión policial y fiscal ha hecho mucho, pero también socialmente ni se les acepta ni les quiere cerca. No hay indulgencia", explica Fernando Alonso, presidente de la Plataforma Galega contra o Narcotráfico.

No obstante advierte que queda mucho que hacer con las incautaciones patrimoniales de los narcos: "Debe seguirse en esa línea. No se entienden nuevos embargos millonarios a Sito Miñanco cuando para Hacienda es un modesto asalariado de parking recién salido de prisión. Hay que tocarles el bolsillo para desincentivar a los que vienen detrás, no solo bastan detenciones y condenas, el tema patrimonial es muy importante".

Reincidencia

También les preocupa la reincidencia de los narcos, "que aún sin acabar de cumplir la pena, en cuanto logran la libertad condicional o el tercer grado vuelven a las andadas, y quienes una vez detenidos y condenados vuelven a su casa, a sus chalés, que están embargados tras cumplir la pena".

Alonso es tajante al respecto: "Falta ejemplaridad. Se transmite que sigue saliendo a cuenta dedicarse al narcotráfico. Hay que desincentivar a las nuevas generaciones. También padecemos una falta de seguridad. ¿Cómo pueden detener a una persona que debía estar en prisión cumpliendo condena? La libertad condicional y el tercer grado suponen un problema grande de seguridad. No tiene sentido".

Solo en el año 2016, a nivel nacional se incautaron barcos, aeronaves, armas y bienes inmuebles con un valor mínimo estimado de 171.051.819 euros.