Francisco P., detenido en la madrugada de ayer en Marín tras agredir con un arma blanca a su mujer, pasará hoy a disposición judicial, investigado inicialmente por la presunta autoría de un delito de homicidio en grado de tentativa. El arrestado declaró ayer en la comisaría de Marín y pasó la noche en los calabozos de Pontevedra.

El hombre, militar de profesión y de Torrejón de Ardoz (Madrid), atacó presuntamente a su esposa, de 40 años y natural de Marín, con un cuchillo de cocina. Le asestó varios cortes en cara, cuello y abdomen que le provocaron, entre otras lesiones, el corte de un tendón. La víctima fue operada de urgencia por la mañana en el Centro Hospitalario de Montecelo, pero por la tarde ya estaba fuera de peligro.

Los hechos ocurrieron en la vivienda que ambos comparten, junto a dos hijas del matrimonio, una de 6 años y otra de 14, en la calle Cividanes. La familia, que reside en Torrejón de Ardoz, se trasladó a Marín, a un piso propiedad de la familia de la mujer, para disfrutar de las vacaciones veraniegas.

Al parecer, el ataque se produjo en medio de una discusión, cuando la víctima comunicó a su marido que tras este periodo de descanso comenzaría los trámites de divorcio. Supuestamente el hombre se hizo con un cuchillo de cocina y primero amenazó a su mujer, para después atacarla provocándole heridas leves en la cara y alguna más grave en el abdomen.

Los gritos de la hija mayor de la pareja, calificados por algunos vecinos del inmueble como "aterradores", alertaron a las 01.50 horas a los pocos residentes en el inmueble, que requirieron la presencia de la Policía Nacional.

Fueron varias las llamadas que se produjeron de forma simultánea a la comisaría de la Policía Nacional de Marín, lo que contribuyó a una urgente movilización que, según indicó alguno de los vecinos de esta calle, pudo ser clave para evitar un desenlace de peores consecuencias. Alguno de los residentes destacó tanto la premura con la que se presentaron en el lugar los agentes como la discreción con la que actuaron, ya que los vecinos de las numerosas viviendas unifamiliares de los alrededores no fueron conscientes de lo que había ocurrido de madrugada, sorprendiéndose por la presencia de periodistas en la calle por la mañana.

Se da la circunstancia de que el edificio cuenta con numerosos pisos vacíos, muchos en venta o alquiler. Sin embargo, la planta cero, en la que residía la familia llegada de Torrejón, está toda ocupada, lo que facilitó que los gritos de la menor fueran escuchados.

La víctima es natural de Marín. Sus padres y dos de sus hermanos viven en el barrio de Mogor, a donde fueron trasladadas las dos hijas del matrimonio, que quedaron bajo custodia de sus abuelos maternos mientras la madre se recupera de las heridas. No había denuncias previas ni antecedentes por hechos similares en la pareja.