La Operación Lignito de la Guardia Civil se desplegó en octubre de 2016. Tras meses de pinchazos telefónicos y seguimientos, llegaba el momento clave: el de las detenciones y registros domiciliarios en busca de las sustancias y pruebas que permitiesen apuntalar unas pesquisas que se arrastraban desde ese verano. Se estaba tras la pista de un grupo asentado en el sur de la provincia de Pontevedra, presuntamente dedicado a la distribución de cocaína y heroína. Y en un registro, en la casa en Santa María de Oia de uno de los presuntos narcos, se vivió un peligroso episodio. El sospechoso aún no estaba detenido. La inspección se desarrollaba en el dormitorio principal y, en un momento dado, el hombre hizo "un rápido movimiento" y cogió una escopeta de dos cañones de un armario. Un arma que supuestamente utilizó para encañonar "directamente" a la comisión judicial, uno de cuyos miembros era la secretaria judicial de un juzgado de Instrucción de Porriño. "E agora que?, quen manda agora?", habría espetado arma en mano, al tiempo que profería expresiones como "saíde para fóra", "pónteme á vista" o "querédesme joder". "Vouvos coser a tiros", amenazó también. Los agentes fueron a por él para retirarle la escopeta y reducirlo. Lo lograron tras un forcejeo en el que él se resistía a puñetazos y patadas. Tras los tensos momentos, la cosa no pasó a mayores.

Esta escena se describe en el auto que acaba de dictar la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui, donde da por concluida la investigación judicial y transforma las diligencias previas por los trámites del procedimiento abreviado. De las 11 personas que constaban como investigadas desde el inicio, imputa a siete. Uno de ellos es J.M.F.M., el hombre que presuntamente encañonó a la comisión judicial en Oia. La jueza le atribuye la presunta autoría de un delito de tráfico de drogas en cantidad de notoria importancia, otro de tenencia ilícita de armas y el de atentado a la autoridad, por el grave incidente en el registro.

Junto a él, la causa se sigue contra cinco personas más a las que imputa tráfico de estupefacientes y pertenencia a grupo criminal, y en varios casos tenencia de armas. Se trata de M.A. da C., vecino de Tomiño, y dos parejas: la formada por J.T.D. y S.M.C., con domicilio en Oia, y H.T.G. y L.D.P., de Tomiño. Estos últimos eran el escalón más bajo de este presunto grupo, dedicándose, según la resolución, a ventas de "menor importancia", para lo cual disponían de un ciclomotor. Por último, hay un séptimo investigado, M.M.V., en su caso solo por tráfico de drogas. Con respecto a otras cuatro personas, se acordó el archivo.

Guardia Civil, SVA y GRECO

La operación la desarrolló el grupo EDOA de la Guardia Civil de Pontevedra, conjuntamente con la unidad operativa de Vigo del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). También colaboró el GRECO-GALICIA de la Policía Nacional. La magistrada concluye, que tras el operativo policial y la instrucción judicial practicada, existen "indicios sólidos y contundentes de la existencia de un grupo criminal dedicado al tráfico de cocaína y heroína en el que cada uno de los miembros desempeñaría un papel".

Las conversaciones captadas en las intervenciones telefónicas que se prolongaron durante varios meses son una de las pruebas que cita la jueza. Por ejemplo, cuando se hablaba de quedar "para tomar un café", era, indica, "una clara alusión" al intercambio de sustancias. O cuando comentaban otras frases como que había que ir "al supermercado" a "abastecerse". También los seguimientos, se argumenta en el auto, evidenciaron que los sospechosos solían escoger puntos de reunión "de difícil localización y seguimiento", como cuando iban "por pistas estrechas, sin señalizar y con pendiente", lo que facilitaba la vista del entorno para asegurarse de que no eran vigilados.

Los registros fueron clave. En dos domicilios vinculados a M.A.da C., por ejemplo, aparecieron varias armas de fuego, más de 30.000 euros en efectivo, seis kilos de cocaína y casi 500 gramos de heroína. En la casa de una de las parejas, la formada por J.T.D. y S.M.C., había 27.105 euros, revólveres y munición. Una de estas armas fue arrojada por la ventana, hacia el jardín, cuando entró en la vivienda la comisión judicial. Meses después, a unos 25 metros del inmueble, operarios de limpieza encontraron casualmente casi 15 bolsitas con cocaína que también se atribuyen a estos investigados.

En el registro en la vivienda del sospechoso acusado de encañonar a la comisión judicial aparecieron unos cuatro kilos de cocaína, un revólver, una escopeta y cartuchos.