La causa contra el hostelero Carlos Viéitez, "Papuchi", acusado de abusos sexuales a menores de 16 años, exhibicionismo, provocación sexual y exhibición de pornografía ante 18 adolescentes está solo pendiente de que se fije la fecha del juicio en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo. Frente a las penas solicitadas por la Fiscalía -que suman 54 años y 3 meses de cárcel-, la acusación particular ejercitada por un grupo de padres de víctimas, la eleva a un total de 113 años de prisión ya que incluyen tres delitos de agresión sexual. La defensa del hostelero, que niega todos los hechos, solicita su absolución.

Viéitez recuperó la libertad bajo fianza de 30.000 euros a la espera de juicio y tiene prohibido residir en Vigo y comunicarse con los afectados, que tenían entre 13 y 17 años de edad. Su defensa ha citado a casi 30 testigos para el acto del juicio oral como medio de prueba.

Padres de afectados, que ejercitan de forma conjunta la acusación particular, sostienen en el escrito de acusación que el hostelero "había tejido una auténtica red de captación de menores, cual tela de araña. Además, este progresivo adoctrinamiento y acercamiento físico estaba muy trabajado (primero fotos, después restaurante, coche, desnudo en el barco... para pasar a masturbaciones individuales o en grupo). El acusado creó una estructura social en su restaurante, barco piso... donde acudían, no todos los menores, sino los que eran seleccionados por él".

En su opinión "no estamos ante un caso aislado de abuso sexual, concentrado en una sola víctima, sino en múltiples víctimas que han aportado datos coincidente, no solo en cuanto a su captación sino en cuanto a detalles propios de los abusos sexuales, los lugares en los que se producían y la mecánica en al que se producían". Y es que s valía de las propias víctimas para conocer a otros adolescentes con los que intimar a través de redes sociales.

Del estudio y análisis de los terminales de Carlos Viéitez, se desprende, según la acusación particular, que graba a los menores en estado ebrio exhibiendo sus genitales o duchándose en su casa sin que lo sepan. Graba también a jóvenes desnudos y manteniendo relacionas sexuales con chicas incluso en el salón de su casa".

El Juzgado de Instrucción 6 de Vigo, que investigó los hechos, fijó una fianza e 63.000 euros a Carlos Viéitez ante posibles indemnizaciones a las víctimas, pero ante el caso omiso que hizo a las requisitorias a finales de marzo decretó el embargo de bienes de su propiedad para responder por la suma reclamada.

A tal fin decretó el embargo del coupe Maserati en el que paseaba a los menores, incluso recogiéndoles a las puertas del colegio, y una motocicleta Aprilia. Ambos vehículos quedaron en sus manos, puesto que en el mismo auto se le nombró depositario de los mismos, con la obligación de "conservar los bienes en el estado en el que se encuentran, con prohibición de disposición sobre los mismos".