Algunos de los vecinos que perdieron sus casas empiezan a ver la luz al final del túnel. Es el caso de Mónica Casas y su familia, que ayer visitaron el que será su nuevo hogar durante un tiempo todavía por definir. La vivienda está en la entrada del Polígono de A Granxa y de los gastos se hará cargo su seguro del hogar, sobre el cual ahora cree que "es lo mejor que he pagado en mi vida".

Mónica, su marido y su hijo necesitaban una casa, "porque tenemos dos perros grandes, un boxer y un labrador, que no podemos meter en un piso", y la consiguieron a través de un amigo. "No tiene muchos muebles pero con la prisa que tenemos no nos podíamos detener en buscarlo durante mucho tiempo", explicaba ayer, después de visitarla.

"Desde el primer momento nos dijeron en el seguro que tenían órdenes de arriba de hacerse cargo de todo, gracias a eso vemos la posibilidad de volver a empezar desde cero", asegura, al mismo tiempo que reconoce que cuando llegaban los recibos pensaba "buf, que seguro tan caro".

El constante papeleo y que todavía no hayan podido entrar en la casa de Paramos para intentar recoger sus objetos personales entorpece el comienzo de sus nuevas vidas.

Al igual que Mónica, dos familias más han sido realojadas en el día de ayer, mientras que otras cuatro lo harán entre hoy y mañana. A la espera quedan el resto de familias, una docena de un total de diecinueve, que necesitan un nuevo lugar donde vivir. Muchas de estas personas siguen en el hotel que los acogió la primera noche: "Llevamos ya una semana y necesitamos una vivienda, pero no sabemos cuando podrá ser ", lamentan a la vez que urgen al concello soluciones.