José Luis Vieitez, acusado de matar a su vecino Carlos Álvarez con una desbrozadora y herir a la hija de la víctima con la misma herramienta en A Cañiza el pasado mes de junio, será juzgado por un tribunal popular por un presunto delito de asesinato y otro en grado de tentativa, según el auto de fin de instrucción dictado ayer por el titular del Juzgado de Instancia 3 de Ponteareas. El magistrado descarta el sobreseimiento del caso solicitado por la defensa del acusado o, que, como alternativa, fuera juzgado por un delito de lesiones u homicidio imprudente.

El juez considera que no hay elementos de inimputabilidad y que existen suficientes indicios de la perpetración de los delitos. Entiende que se han practicado ya en instrucción todas las pruebas pertinentes, restando tan solo el informe de la policía judicial sobre el arma del crimen y mantiene el embargo de todos los bienes del acusado, a quien se impuso una fianza de 350.000 euros ante posibles responsabilidades civiles.

El auto expone que el animus necandi (intención de matar) se infiere "cuando persiguió a Carlos con la desbrozadora encendida, quedando indefenso y malherido el después fallecido, mientras que trataba de huir hasta que cae en la carretera nacional cercana a su casa", y también "de la agresión a órganos vitales tanto de Carlos como de su hija, Jessica, abusando de la superioridad física que otorga una desbrozadora".

Otro de los argumentos esgrimidos por el juez es que el propio José Luis reconoce que fue quien agredió a las víctimas "por lo que la conducta material está reconocida, sin perjuicio de las calificaciones que se podrían hacer con posterioridad". Pero sin duda la mayoría de las claves figuran en informe médico forense. Las características de las heridas muestran que ese produjeron con arma cortante, con lesiones en la región facial, con fracturas abiertas en la órbita y base del cráneo y también en la parte posterior de la cabeza. Los forenses indican que las iniciales fueron las heridas de cara, manos y antebrazo, siendo las dorsales las últimas.

Tampoco hay vestigios en la ropa que portaba el acusado de que pudiera existir una confrontación física con su vecino al aparecer la ropa íntegra y prácticamente limpia en el informe realizado por la Policái Judicial. El agresor, además, no presentaba lesión alguna, según el auto del juez instructor.