José Luis Viéitez, acusado de matar a su vecino con una desbrozadora y herir a la hija de la víctima en A Cañiza, volvió ayer, tres meses después, al lugar del crimen para realizar una reconstrucción de los hechos, según informaron fuentes del TSXG. Al frente de la comisión judicial, la titular de la sala de Instrucción 3 de Ponteareas, encargada de dirigir la inspección ocular que se alargó durante más de una hora, también contó con la presencia de la Policía Judicial de Tui y la Guardia Civil de Salvaterra, grupos que acudieron tras ocurrir el suceso el pasado 17 de junio en la parroquia de As Achas.

El sospechoso del crimen se mostró colaborativo con los investigadores a la hora de indicar dónde tuvieron lugar los ataques. Efectivos de la Benemérita también señalaron los puntos exactos donde se localizó el supuesto arma del homicidio y dónde se hallaron también restos y muestras de sangre. José Luis Viéitez, en prisión provisional por esta causa, declinó hacer declaración alguna. Y es que durante los meses de instrucción todavía no se le ha podido tomar declaración a raíz de un tratamiento al que está sometido. Es precisamente un informe médico el que resta para concluir la investigación de la causa.

El crimen de A Cañiza ocurrió el pasado junio. La brutal agresión que le costó la vida a Carlos Álvarez venía precedida por una larga enemistad entre el presunto agresor y la víctima. La mala relación entre ambos por problemas de lindes y derechos de pasos era conocida por todo el pueblo y, tras años de reyertas y pleitos, se produjo el trágico desenlace.

Carlos Álvarez, de 44 años, falleció en el hospital tras varios días de muerte cerebral. Había ingresado en el Álvaro Cunqueiro con graves heridas en su cabeza tras ser atacado en un camino cercano, a escasos metros de su casa, por José Luis Viéitez que portaba una desbrozadora encendida. La hija de Carlos, Jéssica, de 22 años d edad, también resultó herida y sufrió cortes en la cara y en una mano con la desbrozadora.