La ola de calor de la semana pasada dejó el lunes 19 de junio una máxima de 33 grados en la ciudad de Ourense. Ese día, un guardia civil hacía su servicio sin llevar la gorra. El capitán de su unidad, su jefe directo, lo vio y le preguntó el porqué. El agente adujo que su médico se lo había recomendado porque la prenda le provoca eccemas en la cabeza. Al agente le notificaron anteayer la incoación de un expediente disciplinario.

Se enfrenta a pasar 2 o 3 días suspendido de empleo y sueldo -de "haberes", como se conoce en el argot del instituto armado-, por la presunta comisión de una falta disciplinaria leve. Tras declararse "perplejos" por esta decisión, la Unión de Guardias Civiles anunció su asesoramiento al agente para que recurra. Acumula 27 años de servicio. El mando justifica la incoación del expediente en saltarse el cauce reglamentario para hacer una comunicación a la superioridad.