Había sobrevivido a una agresión brutal en casa, un mes antes, que la dejó muy grave. Llevaba diez días en planta con una buena evolución. "Yo creo que entendía a su manera", dice una de las enfermeras que trabajaban la noche del crimen. "No hablaba ni emitía sonidos, pero estaba más despierta", añade una compañera. La noche anterior estaba "incómoda" y el marido "colaboró" para colocarla mejor en la cama. Isabel Fuentes fue asesinada presuntamente por su esposo entre las 4.30 horas y las 6.15 del 8 de mayo de 2015 en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).

La Guardia Civil había pedido al juez, sin éxito, que autorizara pinchar el teléfono y restringir las visitas al CHUO del marido, del que sospechaba desde el principio por el intento de asesinato previo de Isabel Fuentes en el domicilio conyugal de Pazos (Verín). En la historia clínica de la mujer estaba anotado el número de teléfono de un agente, para que fuera avisado si era preciso. Aunque, ayer, en la segunda sesión del juicio por este crimen machista, una de las enfermeras manifestó en el estrado que "no existía ninguna instrucción formal".