La Justicia de Estados Unidos acusó ayer del asesinato de un bebé a una enfermera que podría haber matado a otros 60 recién nacidos a finales de los 70 y principios de los 80, y que está encarcelada por uno de esos crímenes aunque podría salir en libertad próximamente.

Genene Jones, de 66 años, cumple penas de 99 y 60 años de cárcel por haber matado a una recién nacida de 15 meses, Chelsea McClellan, y por el intento de asesinato de un bebé de cuatro semanas, Rolando Santos, al que le administró un anticoagulante, según el Departamento de Justicia Criminal de Texas. Por la ley de reducción de penas, debido a su buen comportamiento, podría salir en libertad en marzo de 2018.

La enfermera, que trabajó en hospitales de San Antonio y Kerrville (Texas), cometió ambos crímenes en 1982, poco antes de su detención, y fue condenada en 1984.

Un gran jurado acusó ahora a Jones del asesinato en 1981 de Joshua Sawyer, de 11 meses, al inyectarle una dosis letal de un producto contra la epilepsia.

"Jones es sospechosa de haber matado hasta 60 bebés", afirmó el fiscal del condado texano de Bexar, Nico LaHood, quién definió a la asesina como "el mal encarnado" y aseguró que la justicia "velará para que ella responda por sus crímenes".

El fiscal cree que numerosos niños murieron bajo circunstancias "inusuales" durante o poco después de los turnos de Jones, lo que la convierte en principal sospechosa.Hasta ahora, no está claro porqué las acciones de la enfermera, que involucran a tantas víctimas, no fueron detectadas antes.

No obstante, los registros médicos del hospital de San Antonio en el que trabajó fueron destruidos accidentalmente en los años posteriores a los fallecimientos de la mayoría de estos bebés, dificultando la investigación para demostrar las sospechas.