El golpe policial del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo ha permitido desarticular un cártel colombiano que pretendía instaurar una nueva ruta del narcotráfico hacia España por vía marítima y que no sólo quería distribuir la droga por este país, sino también a otros puntos de Europa. 24 detenidos, 16 de ellos ya en prisión, y 2.435 kilos de cocaína incautados en Galicia y Madrid, junto a la aprehensión de seis vehículos con dobles fondos para transportar el estupefaciente, es el balance de una operación que todavía no se da por cerrada. Aún queda algún "fleco", motivo por el cual no se han desvelado todos los misterios: entre ellos, los lugares donde la organización almacenaba la mercancía.

Tras días de mutismo sobre los pormenores del operativo, la Policía Nacional emitía ayer una nota oficial al tiempo que el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, daba una rueda de prensa junto al jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, Ricardo Toro, y el jefe superior de Policía de Galicia, Manuel Vázquez. Califican la investigación como una de las más importantes en la materia realizada en España en los últimos años. Toro destacaba que entre los arrestados había "personajes bastante importantes dentro del tráfico internacional de cocaína", probablemente en referencia a los presuntos capos colombianos del cártel de Los Boyacos detenidos: Julio Peñaranda, El Loco, y Ronal Alfredo Roa, El Mono.

Los cárteles colombianos, explicó, son los "principales proveedores" de cocaína para el mercado europeo. "Hemos desarticulado dos grupos distintos de colombianos pertenecientes al cartel de Cúcuta", precisó. Hasta ahora no se habían detectado negocios de esta organización en España. Como ya trascendió, subrayó como "novedoso" que fueron los propios "dueños" de la droga quienes se trasladaron a España, gestionando ellos aquí "la recepción" y "la distribución" de la cocaína. Los españoles que había pertenecían a la red colombiana y "estaban a su servicio" en labores de transporte. Y no existía relación con ningún clan gallego.

Las pesquisas arrancaron en junio de 2016, al detectase en Madrid y Barcelona a un narco colombiano, considerado uno de los sustitutos de uno de los mayores traficantes de Catacumbo y Norte de Santander de su país. La investigación determinó que dos importantes narcos colombianos de Cúcuta habían iniciado contactos con españoles para establecer una "oficina" permanente en la capital española e instaurar una nueva ruta hacia España: por Galicia o por Barcelona. Aunque establecidos en Madrid, Vigo y Santiago también fueron lugares clave para ellos. Como adelantó FARO, El Loco tenía un piso en la urbe olívica y celebró aquí reuniones.

La red contactó con grupos locales de traficantes para la infraestructura de transporte, almacenamiento y distribución: en Madrid, Barcelona, Guadalajara, Guipúzcoa y Galicia. La droga se distribuiría en coches preparados. El operativo explotó, con arrestos y registros, al detectarse que los narcos fueron a Vigo y Santiago para hacerse cargo de la mercancía y llevarla a Madrid.