Hablar por el móvil, encender un cigarrillo, sintonizar la radio, teclear el destino en el GPS... Las distracciones se han convertido en la principal causa de los accidentes mortales ocurridos en las carreteras gallegas. Por primera vez en 2016, la velocidad dejó de ser el principal motivo de la siniestralidad: casi cuatro de cada accidentes con fallecidos registrados en la red viaria de la comunidad (el 36%) se debieron a una distracción al volante, mientras que la velocidad inadecuada estuvo detrás del 27%, según el informe de siniestralidad del año pasado analizado ayer por la Comisión Autonómica de Tráfico y Seguridad Vial en A Coruña. Por primera vez en doce años, las estadísticas de la DGT en Galicia rompieron la tendencia a la baja en la accidentalidad mortal, que cerró 2016 con 106 fallecidos, un 16,4% más que las 91 del ejercicio anterior.

Para tratar de definir la hoja de ruta para 2017y atajar las negras cifras que dejó el asfalto, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, reunió ayer a la comisión de seguridad vial. El tipo de accidente, el lugar donde ocurre y la antigüedad del vehículo permiten realizar una radiografía de los siniestros.

Desde la DGT se alerta del aumento de la edad media de los vehículos implicados en un accidente mortal. Los datos hablan por sí solos: los turismos implicados en un accidente el año pasado en la comunidad superaban los 13,3 años de media; en el caso de los camiones, los 8,7 años. La flota de estos últimos se ha renovado en el último año, ya que en 2015 su edad rondaba los 12 años. En el caso de las motos, la media alcanza los 8,9.

Las carreteras convencionales resultan las peores para los conductores. Este tipo de vías en la comunidad concentra el 89% de los siniestros mortales, 15 puntos por encima de la media en el conjunto del Estado.

Detrás de la mayoría de accidentes con fallecidos ocurridos en Galicia están las salidas de vía y las colisiones. De los 106 muertos registrados el año pasado, un total de 41 (el 38%) fueron por una salida de vía. Otros 38 fallecieron debido a una colisión (36%). Es decir, casi el 75% de los accidentes mortales fueron por salidas de vía o choques con otros vehículos. En su comparecencia en el Congreso la semana pasada, el ministro del Interior, Juan Antonio Zoido, anunció un plan de 15 medidas "urgentes" para frenar la siniestralidad en los tramos peligrosos de la red convencional. Entre ellas, figura la colocación de bandas sonoras y rugosas. Y no solo en los arcenes, sino también en el eje central. Este sistema permitiría, según estudios aportados por Interior, reducir al menos la siniestralidad mortal por salidas de vía y colisiones en un 50%.

La confianza por el conocimiento que supone circular de manera habitual por una carretera hace bajar la guardia. Así los reflejan los datos de los siniestros mortales ocurridos a escasos kilómetros del domicilio. Tres de cada diez accidentes con fallecidos ocurridos el año pasado en Galicia se produjeron a menos de 5 kilómetros de distancia de la casa de la víctima.

Los atropellos, según revela el informe de 2016, son una de las lacras de la accidentalidad en la comunidad. Un total de 17 peatones fallecieron el año pasado, tres más que en 2015. El perfil se mantiene: persona de 70 años de edad que se desplaza por carretera en horas de poca luminosidad y sin dispositivo reflectante. Para tratar de concienciar de la importancia el uso del chaleco reflectante, la DGT realizará más campañas de información a peatones, en especial entre la población de avanzada edad y en zonas del rural.

La situación de alarma creada por la irrupción de conductores mayores en autopistas y autovías en sentido contrario, el Ministerio de Fomento, en colaboración con la Xunta, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las Jefaturas provinciales en la comunidad, puso en marcha un plan de refuerzo de señalización en los accesos de todas las vías de alta capacidad estatales. En total, se colocaron 499 señales.