La víctima tiene 45 años. Cuenta, como la gran mayoría de los ciudadanos con una página de Facebook o una cuenta de Messenger. Un día recibe una solicitud de amistad de una persona 'joven y atractiva'. Decide aceptarla. Entablan una conversación y con el paso del tiempo ésta comienza a subir de tono. Tras varios días de contacto deciden tener cibersexo. La víctima no duda en desnudarse, colocarse en posiciones provocativas e incluso masturbarse frente a una cámara web. Cree haber encontrado solo a una persona abierta sin embargo las cartas ya estaban sobre la mesa: la otra persona grabó la escena y su siguiente comentario es: "tu dinero a cambio de este vídeo". Otro caso más de"sextorsión".

Esta práctica tan enrevesada más propia del argumento de una película dramática entra de lleno en la categoría de films basados en hechos reales. Tantos jueces como agentes de los diferentes cuerpos de seguridad ponen el acento en una modalidad delictiva al alza tanto en Vigo como en el resto de la provincia, la cual no afecta solo a personas de mediana edad -víctimas habituales- sino también a menores.

En lo que llevamos de año ya fueron diez los casos de chantajes sexuales que saltaron en la ciudad olívica, "sin contar en los que la víctima sí habría pagado y por lo tanto ocultado, por el momento, la extorsión", afirman fuentes policiales. Y aclara lo de "por el momento" . "Nadie puede asegurar que el vídeo no llegue a publicarse, pero en cualquier caso, se pague o no, la amenaza siempre va a estar ahí y el chantaje nunca acaba", señalan desde la Comisaría.

Aunque destacan que no existe un perfil concreto de extorsionador y víctima, señalan que la procedencia del primero tiene sus orígenes fuera de nuestras fronteras. "En los casos que vimos en la ciudad se trataba de personas que residían en países africanos, como Costa de Marfil, o del Este de Europa", relatan sin obviar que, aunque diferentes, su modus operandi es muy similar. "Buscan fotografías por Internet de personas llamativas y van a la caza de hombres y mujeres de mediana edad a los que le hacen creer que han ligado con un jovencito o una jovencita atractiva. Al emplear salas de chats normales como Facebook no levantan sospecha de un posible ciberencuentro sexual y actúan como si de una nueva amistad se tratase. Luego te piden "jugar" por Skype y muchos caen en la trampa", confirman fuentes policiales.

No solo de personas de 40 y 45 años se aprovechan estos extorsionadores, sino también de menores. Desde los juzgados no tildan esta situación como de "avalancha" pero sí reiteran su existencia. "Hemos tenido casos de personas que se hacían pasar por menores para lograr fotos desnudas de adolescentes. En estos casos los delincuentes no les piden dinero a cambio de no difundir las imágenes, sino les requieren más instantáneas de ellas o incluso de alguna de sus amigas", explican los agentes.

En el caso de los menores y las mujeres, es mucho más común que accedan al chantaje mientras en el caso de los hombres suelen optar por su difusión a pesar de las consecuencias. "Nada de esto es real, forma parte de su plan persuasivo. Lo primero que hay que hacer es denunciar", apelan.