Tenían, al menos aparentemente, una vida idílica. Se profesaban amor y disfrutaban de un elevado tren de vida. Él, un millonario ingeniero portugués de 56 años, y ella, una joven modelo de 26, transmitían la imagen de un matrimonio perfecto en el que no parecían hacer mella los 30 años de diferencia existentes entre ambos. "Minha esposa, minha princesa, minha señora", le escribía él recientemente a ella en su perfil de Facebook. "My husband" [mi marido], puso la mujer en otra ocasión en la misma red social. Pero la placentera vida que compartían en una casa pegada a la playa en Vila Nova de Gaia, junto a Oporto, saltaba por los aires este lunes en la habitación de un hotel de cuatro estrellas ubicado en la calle García Barbón, en pleno centro de Vigo. Tal fue el vuelco en la situación que sobre el mismo hombre que no escatimaba palabras de amor hacia su esposa en internet pesa ahora una orden judicial de ingreso en prisión preventiva acusado de intentar asesinar a la joven en el baño de ese dormitorio golpeándola en la cabeza con una maza de cantero: ella salió ensangrentada al pasillo y fue auxiliada por una empleada de limpieza del establecimiento. Ahora esa contundente arma, y cinta de embalar también hallada en la habitación, son dos de las pruebas que sustentan las sospechas de que el ataque pudo ser planificado. Sobre el caso, sin embargo, pesan muchas sombras y la investigación policial prosigue.
Eliza, de nacionalidad lusa pero originaria de Rumanía, aún no había cumplido los 20 años cuando empezó su relación con Carlos Inácio Pinto. Tras siete años de noviazgo, fue hace seis meses cuando se dieron el sí quiero. El diario Correio da Manha cuenta que la boda fue en su vivienda, junto a la piscina, ante decenas de invitados. No tenían mucha relación con los vecinos y pese al alto estatus económico de él -fuentes cercanas a la joven dicen que ella también procede de una familia con dinero- no es un empresario conocido en la zona. Natural de Viseu, al parecer tiene hijos ya adultos. La joven, mientras, ha posado con frecuencia como modelo para varios catálogos de una importante empresa de moda lusa.
Sus perfiles de Facebook reflejaban una vida feliz y acomodada. "Here we come Hawaii!!!! Yuhuuuu", escribió ella en 2014 en el inicio de uno de sus viajes. Las fotos de ambos en actitud cariñosa eran frecuentes. Hay también imágenes en la playa al lado de la cual compartían hogar. "Beautiful and hard ocean front of my home. Excellent surf day" [Maravilloso y salvaje océano frente a mi casa. Un día excelente para hacer surf], escribió Carlos recientemente en su perfil.
Pero esta vida de película dio un giro radical en Vigo. El matrimonio viajó el pasado domingo a la urbe olívica porque el hombre, según contaría ella después a la juez, le dijo que debía asistir a una reunión de negocios. Se alojaron en el Hotel NH Palacio de Vigo y el lunes por la mañana ese matrimonio perfecto naufragaba. Aunque tanto Carlos como su esposa ya estuvieron ante la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la ciudad olívica, que se hizo cargo del caso, por ahora sólo trascendió la declaración judicial de la mujer. Y su versión, la única que se conoce, es que, sin mediar ni el mínimo antecedente de maltrato en su relación ni discusión ninguna esa mañana, él la atacó de repente, por la espalda, mientras se echaba crema corporal en el baño. Tras recibir varios golpes en la cabeza con la maza consiguió zafarse y, cuenta, él todavía pudo ponerse sobre ella en el pasillo del dormitorio, llevando esta vez su cabeza contra el suelo, hasta que finalmente logró escapar a la zona común del hotel y pedir auxilio.
Traslado
Ambos fueron trasladados al Hospital Álvaro Cunqueiro. Ella por las heridas y él porque sufrió un infarto. Fuentes policiales señalan que el hombre también tenía marcas en la espalda y la cara con sangre, al parecer de ella, aunque será analizada. Tras recibir el alta -sus lesiones no fueron muy graves- la modelo declaró el miércoles en el juzgado.Después se fue con una amiga de vuelta a Portugal. Él estuvo varios días en la UCI y la juez se trasladó el viernes al centro sanitario. No trascendió si declaró ni su versión. La juez decretó prisión provisional, aunque, dada su enfermedad cardíaca, primero irá al ala penitenciaria del Hospital Provincial de Pontevedra. Pero su estado de salud es delicado y, por recomendación médica, ayer a la tarde aún no se había hecho el traslado. Carlos seguía en el hospital vigués con custodia policial.
