Penas que suman 17 años y un mes de prisión. Esta es la pena que afronta M.E.H., un vecino de Salvaterra que será juzgado el jueves en la Audiencia de Pontevedra por intentar violar a su mujer, golpearla y tratar de quemar a su hijo de 11 años rociándole de gasolina porque salió en defensa de su madre. Los hechos tuvieron lugar en el domicilio familiar el 27 de junio de 2015. Madre e hijo lograron escapar ayudados por unos vecinos, a los que el acusado arrojó botellas y piedras mientras perseguía a su mujer con un cuchillo. Finalmente el hombre se atrincheró en su vivienda con una escopeta y tuvo que ser reducido por fuerzas especiales de la Guardia Civil ya que estaba muy agresivo amenazaba con quemarse en su casa.

La Fiscalía solicita una pena de 4 años de prisión y otros 4 de libertad vigilada así como 3 años de alejamiento de su mujer por el delito de intento de agresión sexual. Por el delito de homicidio en grado de tentativa pide 8 años de cárcel y que se le prohiba durante otros 8 años aproximarse a su hijo. Por dos delitos de lesiones solicita 2 años de prisión en un caso y otro de 8 meses, así como otros 3 años de alejamiento de su mujer. En cuanto al delito de atentado a las fuerzas de seguridad pide otra condena de 3 años y 3 meses de prisión, así como indemnice en 332,7 euros a su vecino por los daños que causó en su vivienda, y en 347 euros a la Guardia Civil por los daños ocasionados en un coche patrulla.

El acusado M.E.H., de origen marroquí, llegó a su casa sobre las 7 de la mañana del 27 de junio de 2015 y vio a su mujer en el garaje. "Con la finalidad de satisfacer su deseo sexual", según el fiscal, la empujó, la arrastró hasta la bodega, la agarró pro el cuello y comenzó a bajarle los pantalones. La víctima forcejeaba con él y solicitó ayuda pidiendo a su hijo, de 11 años, que solicitase ayuda. La mujer se escabulló y huyó al patio, donde el acusado la agarró y golpeó dándole patadas y bofetones. El niño, alertado por los gritos de su madre bajó desde su habitación y pedía a su padre que no la pegara más, pero ante la agresión que presenció perdió el conocimiento, según el escrito de acusación.

Mientras la madre auxiliaba a su hijo, según el relato de hechos de la Fiscalía, el hombre fue al garaje y cogió un bidón de gasolina "con la finalidad de acabar con la vida del niño por haber auxiliado a su madre. "Has llorado cuando has nacido, pero ahora va a llorar más", le dijo al niño al que se llevó pro la fuerza a su habitación, donde tras cerrar la puerta roció la cama con gasolina. La madre trataba de auxiliar al niño y logró cogerlo y escapar cuando su marido abrió la puerta ante los gritos que proferían los vecinos.

Madre e hijo escaparon a casa de unos vecino "siendo perseguidos por el acusado que portaba un cuchillo en la mano", a tenor del escrito de acusación. M.E.H. se lió a pedradas y botellazos con quienes ayudaban a las víctimas,. Si bien no alcanzó a nadie, causo daños en la vivienda de uno de los vecinos.

La primera patrulla de la Guardia Civil que acudió al lugar tuvo que pedir refuerzos. El acusado les tiró una escopeta de aire comprimido, que impactó contra el cristal del vehículo oficial y siguió lanzando piedras y botellas de cristal "a cuantos agentes de la Guardia Civil intentaban acercarse a la vivienda", según el Ministerio Público.

El acusado permaneció atrincherado en su casa unas tres horas mientras un negociador de la Guardia Civil intentaba hacerle deponer su actitud, hasta que finalmente salió y fue reducido por las fuerzas de seguridad que rodeaban la vivienda. Desde su detención y tras prestar declaración en el Juzgado de Ponteareas permanece en prisión provisional a la espera de juicio.