Pese a la condena aceptada, Carmen O.M. se considera "inocente". "Fue un acto desesperado, un trastorno, derivado de un mal momento en mi vida", dijo la mujer a los periodistas, describiendo que estaba en paro -en la actualidad continúa y cobra la Risga-, a punto "de perder" su casa y con problemas sentimentales. "Un cúmulo de cosas dolorosas, afirmó, señalando que los verdaderos responsables son "quienes crean estas situaciones de sufrimiento" dejando a gente, concretó, sin viviendas y sin comida. "El sistema debería ser más justo", manifestó.

Ella, asegura, no arrojó los cócteles molotov, aunque asume "la responsabilidad". Fueron dos varones "que ahora tienen su vida en sus casas y en sus países". Ella solo les ayudó, dijo, con la redacción de la carta reivindicativa. "Prácticamente nos vimos obligados a escribirla porque se decía que era Resistencia Galega y no era así; pusimos ADAI porque se nos ocurrió ese nombre, pero no es ninguna organización, y mucho menos terrorista", afirmó esta joven, que justificó que tiene armas en su casa porque es "coleccionista". "Son réplicas, todo es legal", indicó.