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Un crimen que conmociona a Galicia

Cinco rostros del horror machista conviven en la cárcel de A Lama

Permanecen aislados y protegidos del resto de los internos en la enfermería del centro penitenciario

Cinco acusados por crímenes machistas perpetrados en los últimos 8 meses en Galicia conviven en la enfermería del centro penitenciario pontevedrés de A Lama. Mientras en sus oídos aún resuenan los gritos de vecinos y allegados de las víctimas llamándoles asesinos tras ser detenidos, permanecen aislados y protegidos del resto de los internos.

La cárcel tiene su propia ley. Una ley no escrita que conlleva serias amenazas para algunos de ellos. Imputados por homicidio o asesinato, aunque no en todos los casos las víctimas perdieron la vida y lograron sobrevivir al ataque para delatar a su agresor. Todos ellos, según los investigadores, actuaron con premeditación, si bien en sus comparecencias en el juzgado ninguno se declaró culpable: o guardaron silencio negándose a declarar o se proclamaron inocentes. Sus argumentos no convencieron a los jueces que los enviaron a prisión provisional sin fianza a la espera de juicio.

El último en llegar a la enfermería de A Lama es David Oubel, conocido como el parricida de Moraña y detenido por el asesinato de sus dos hijas de 9 y 4 años de edad, degolladas con una sierra radial el pasado viernes. Un preso "sombra" le sigue todo el día en virtud del protocolo antisuicidios de Instituciones Penitenciarias. En las mismas dependencias carcelarias está recluido también el ourensano Arturo Domínguez, encarcelado a primeros del mes de julio por un tiroteo en el monte que puso fin a la vida de su expareja y del novio de ésta en el municipio pontevedrés de Arbo.

El jubilado ourensano Aniceto Rodríguez, un septuagenario de Verín que remató a cuchilladas a su mujer en el Hospital de Ourense cuando ella se recuperaba de una brutal paliza, también se encuentra en el centro penitenciario de Pontevedra. Fue trasladado desde la cárcel de Pereiro por su estado de salud, ya que requiere cuidados médicos tras sufrir un ictus.

Con ellos coincide también en la enfermería el celador vigués Carlos Fariñas, acusado de tentativa de homicidio tras atacar por sorpresa y clavar un cuchillo en el cuello a su expareja, que llegó sola y andando al hospital el pasado mes de julio.

El grupo lo cierra Paulo Jorge F.V., un joven portugués residente en el municipio pontevedrés de Tui que fue sorprendido por las fuerzas de seguridad antes de que pudiera disparar contra su exnovia en una parada de autobús de Porriño, donde la esperaba con una escopeta cargada. Es el que más tiempo lleva encarcelado, desde diciembre de 2014. Su propia madre alertó a la víctima al recibir una nota de su hijo anticipándole lo que iba a hacer. Se frustró así un violento ataque que habría acabado con el suicidio del joven, según los planes que avanzó por escrito.

Los hombres que matan a sus parejas o exparejas, o incluso a sus hijos para hacerles daño a ellas, no son dementes, ni drogadictos ni alcohólicos en la mayoría de los casos, sino que actúan con premeditación, plena conciencia y extremada violencia, según un informe de expertos en Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial.

Un amigo de los animales acusado de degollar a sus dos hijas en Moraña

DAVID OUBEL

Prisión: 31 de julio de 2015

El pasado 31 de julio la música sonaba a todo trapo en la vivienda de David Oubel Renedo en la parroquia de O Moral en Moraña y retumbaba en casa de sus vecinos. Cuando se hizo el silencio saltó la tragedia. En el interior del domicilio se hallaron los cuerpos de sus hijas Candela y Amaia, de 9 y 4 años de edad, degolladas con una sierra radial que el presunto parricida había comprado la víspera.

Oubel estaba encerrado en el cuarto de baño donde al parecer intentó quitarse la vida, si bien presentaba heridas leves en muñecas y cuello. Al parecer, antes del doble crimen se permitió alertar de los hechos por carta a su mujer y con una llamada de teléfono a la Guardia Civil .

El dantesco escenario que se encontraron allegados y agentes de las fuerzas de seguridad en el interior del domicilio queda reflejado en un fiscal sobrecogido por la "dureza" del relato que han aportado los primeros testigos del caso.

La forma tan atroz con la que el parricida habría quitado la vida a unas niñas de corta edad, desfigurando su rostro, hace que la naturaleza de las declaraciones de los testigos "hagan difícil aguantar" la tensión en la sala. "Es una investigación dura desde el punto de vista humano, también incluso para mí", manifestó el fiscal Alejandro Pazos.

Este vecino de Moraña, que trabajaba en la agencia inmobiliaria que regenta su hermana en Caldas de Reis era un hombre "normal" , según su entorno. Amigo de los animales, criaba perros y actuaba como juez en exhibiciones caninas. Hace algo más de dos años se separó de forma abrupta de su mujer para iniciar una relación con otro hombre, aunque mantenía con la madre de las niñas la custodia compartida. Al día siguiente al crimen las pequeñas tenían que ser entregadas a su madre tras pasar 15 días con su padre.

Aunque Oubel no quiso declarar ni ante la Guardia Civil ni ante la juez de Caldas, el fiscal considera que puede ser el primer caso al que se aplicaría la pena de prisión permanente revisable, considerada por algunos juristas como 'cadena perpetua'.

Detenido e imputado por asesinar a tiros a su expareja y al novio de esta en Arbo

ARTURO DOMÍNGUEZ

Prisión: 6 de julio de 2015

Arturo Domínguez Sebastiá, de 37 años y natural de la localidad ourensana de Padrenda está en prisión desde principios del pasado mes de julio por la muerte a tiros de su expareja, Beatriz Rodríguez y el nuevo novio de ésta, de 36 años, en el monte de A Telleira en Arbo.

Las dos víctimas fueron sorprendidas de madrugada en el interior de un coche en un momento de intimidad y no tuvieron escapatoria. Dos disparos de escopeta terminaron con su vida el pasado 3 de julio, si bien sus cuerpos no fueron localizados hasta el día siguiente. A ella el disparo le alcanzó de lleno en el rostro y quedó irreconocible.

Rodríguez Sebastiá, que trabajaba para la comunidad de montes de Arbo, proclamó su inocencia ante la Guardia Civil y la juez de Ponteareas, pero acabó en prisión. Aficionada a la caza, en su domicilio se intervinieron numerosas armas para las que tenía licencia.

La mujer había dejado la relación con el acusado del doble crimen, con quien tenía una hija de 8 años, porque mantenían "discusiones constantes", según sus vecinos. Al enterarse de que la familia de la joven la buscaba pues no había regresado a su casa ni a su puesto de trabajo, Domínguez Sebatiá acudió a casa de los padres de Beatriz para preguntar si habían aparecido. Apenas unas horas después, tras el hallazgo del coche y los cadáveres, era detenido por el doble crimen.

"Yo no realicé los disparos, no quería hacerle daño a Beatriz, no había mala relación. Soy inocente", aseguró en el juzgado Arturo Rodríguez, que prestó declaración durante más de tres horas. Pero sus explicaciones no convencieron al fiscal y la magistrada, a la vista de los indicios existentes contra él y los informes de la Guardia Civil acordó su ingreso en prisión como presunto autor de un delito de homicidio/asesinato. El tipo de imputación está por definir, según fuentes judiciales, en función de que la investigación en marcha aclare si existió premeditación o el acusado seguía a su expareja y al encontrarla con su actual novio actuó sin planificación previa.

El jubilado que remató a cuchilladas a su mujer en un hospital de Ourense

ANICETO RODRÍGUEZ

Prisión: 8 de junio de 2015

Aniceto Rodríguez, un carnicero jubilado de 75 años, esperó a los pies de la cama para culminar el asesinato de su mujer Isabel Fuentes. Con un cuchillo remató un primer intento que tuvo lugar un mes antes, en el domicilio del matrimonio en Verín. Intentó disfrazarlo de un robo. Dijo que unos atracadores golpearon a su mujer que ingresó en la UCI del hospital, pero la Guardia Civil lo descartó tras una minuciosa inspección ocular. Cuando el marido presuntamente quiso consumar el crimen, la mujer, de 66 años, había sido trasladada a una habitación y en pocos días podría a hablar.

La Policía Judicial pidió por escrito a la juez que pusiera el foco sobre Aniceto, al que señalaban como "principal sospechoso". Aconsejaban que se prorrogara la estancia de la señora en la UCI, con las visitas más restringidas, ante el "peligro" que suponía el septuagenario.

La juez de Violencia de Género de Verín, Cristina María Fernández, no vio motivo y tampoco aceptó pinchar el teléfono al agresor. "Hoy por hoy no se cuenta con ningún indicio firme (...) que nos permita sostener que existen datos más allá de meras conclusiones fundadas en conjeturas a las que llegan los agentes, de todo punto insuficientes", despachó en un auto. La familia de la víctima cree que el crimen pudo evitarse y ha pedido formalmente al Poder Judicial la apertura de un expediente y que sancione a la magistrada. De momento, el CGPJ ha abierto una fase de información previa.

Antes de que pudiera delatarlo, Aniceto cosió a cuchilladas en la cama del hospital de Ourense a su mujer, a primeras horas del pasado 8 de mayo. Después, intentó suicidarse allí mismo. El personal médico le salvó la vida con dos operaciones. Como secuela, un ictus lo mantuvo un mes en la UCI. En el mismo servicio que ayudó a su esposa a recuperarse del primer ataque. Por causa del accidente cerebrovascular, no pudo comunicarse y tenía paralizada la mitad del cuerpo. Pero sobrevivió y la justicia quiere que rinda cuentas.

A principios de junio, una comisión judicial intentó tomarle declaración en el hospital ourensano. El septuagenario se escudó en lagunas de memoria y el acto tuvo que suspenderse. Un forense informará ahora si está en condiciones de prestar declaración.

Un celador sanitario que clavó un cuchillo en el cuello a su expareja en Vigo

CARLOS FARIÑAS

Prisión: 12 de abril de 2015

"Llamad a la Policía, fue Fariñas". Mónica F. F., auxiliar de enfermería de 36 años del Hospital Povisa en Vigo llegó malherida y andando sola a la sala de Urgencias el pasado 12 de abril con la hoja de un cuchillo de cocina atravesándole el cuello ya que el mango se había roto, algo que le salvó la vida.

Era primera hora de la mañana y al salir de casa para ir a trabajar su expareja, Carlos Fariñas -celador del mismo hospital de 40 años- la sorprendió en el pasillo del garaje. El hombre cogió el coche de la víctima y la trasladó herida al centro sanitario, pero la dejó a unos 30 metros. Una distancia que recorrió ella sola con un cuchillo en la garganta.

El dato aportado por la mujer herida resultó vital para esclarecer lo ocurrido, pero Carlos Fariñas al ser detenido poco después de los hechos e imputado por un delito de homicidio en grado de tentativa negó cualquier relación con lo ocurrido y aseguró que había permanecido en su casa todo el tiempo que no estuvo en ningún momento con su novia.

El coche de Mónica, con su sangre el asiento del copiloto y la sólida identificación de su agresor no eran los únicos indicios, por eso finalmente optó por no declarar en la comisaría.

En los calabozos intentó suicidarse si bien sólo se hizo heridas leves en la muñeca izquierda con una parte del zapato, según su abogada. Una vez en el juzgado, llorando y todavía vestido con la bata del hospital, prestó declaración ante la juez y entonces manifestó que la situación "se me fue de las manos"., aunque matizó que no recordaba como se produjo la agresión. Explicó que sólo quería "hablar" con ella y que no tenía intención de hacerle daño.

Sobre el cuchillo de cocina apuntó que no lo llevaba él encima cuando fue a ver a su expareja, sino que pudo encontrarlo en el semisótano donde la esperaba Además de enviarlo a prisión provisional por tentativa de homicidio, la juez impuso una orden de alejamiento y prohibición de comunicarse con ella mientras dure la instrucción de la causa.

El joven que esperaba a su exnovia escopeta en mano en una parada de bus de Porriño

PAULO JORGE F.V.

Prisión: 12 de diciembre de 2014

El joven ciudadano luso Paulo Jorge FV. de 29 años y vecino de la localidad pontevedresa de Tui permanece encarcelado por un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de tenencia ilegal de armas desde el 12 de diciembre de 2014.

Dos días antes, cuando fue detenido, esperaba agazapado y armado con una escopeta robada a su exnovia en una parada de autobús de Porriño. Su intención, según comunicó a su madre mediante una nota manuscrita que le dejó en casa, era matar a la chica que le había dejado y después suicidarse.

Pero su madre alertó a la víctima por teléfono y ésta a las fuerzas de seguridad, que montaron un operativo que permitió rodearle y detenerle,frustrando el posible crimen.

En un primer momento Paulo Jorge negó estar en la zona, muy próxima a la casa de su novia, esperándola con intención de sorprenderla, pero al ver que los agentes estaban al tanto de lo que ocurría y que habían descubierto la escopeta reconoció los hechos: "Sí, es verdad, estoy esperándola y mi intención es pegarle dos tiros".

La propia víctima alertó a la Guardia Civil poco antes. Explicó que su excompañero la había amenazado de muerte y se dirigía armado a su domicilio. Estaba convencida de que cumpliría la amenaza porque había adquirido una escopeta.

Aunque el arma figuraba en los archivos de la Guardia Civil como robada en una vivienda de As Neves junto a otras escopetas de caza, Paulo Jorge manifestó que la había adquirido en Portugal. El joven era ya conocido por las fuerzas de seguridad cuando fue arrestado en la parada del autobú. Unos meses antes había sido detenido cuando circulaba con otro en una moto robada en Vigo a la altura del cementerio de Guillarei, y no era su primer arresto.

La decisión de hacerse con la escopeta, una automática de calibre 12/70 habría sido adoptado pocos días antes, cuando supo que su novia no volvería con él, según manifestó en su declaración. El arma intervenida se encontraba cargada y preparada para disparar.

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