Indignación y rabia también estuvieron presentes en el día de ayer ante el terrible crimen perpetrado presuntamente por David Oubel. Su relación con los vecinos, era por momentos conflictiva, como reconocían algunos de los que se arremolinaron ayer en torno a la vivienda para saber qué sucedía, aunque algunos ya se habían cruzado algunas palabras con padre de las niñas ayer.

"Se escucharon gritos y se acercaron a ver qué había sucedido, le preguntaron por la niñas", indicaba uno de los vecinos. "Le preguntamos que qué tal estaban las niñas y lo que nos respondió fue que 'están donde deberían estar", confirmaba otro vecino cuya relación con la madre era más próxima. Además, aseguraba que cuando los padres de las pequeñas se separaron "montaron un lío tremendo y él cambió, de repente empezó a cuidar más su imagen. Antes de eso ya hablaba poco, pero después dejó de relacionarse con los vecinos".