Rosario Porto y Alfonso Basterra, acusados del asesinato de su hija Asunta, regresaron ayer a los juzgados de Santiago de Compostela. Trasladado desde la prisión coruñesa de Teixeiro, el exmatrimonio compareció en una vista en la que la Fiscalía y la acusación popular solicitaron que se les prorrogue la situación de prisión provisional, petición que se formula ya que el próximo septiembre, días antes de la fecha prevista para el inicio del juicio de este caso, se cumple el plazo de dos años establecido por la ley para revisar esta medida, que puede prolongarse hasta un total de cuatro años. Las defensas, por su parte, demandaron la puesta en libertad de sus clientes: el abogado de Porto alegó concretamente "motivos de salud" de la mujer y también apoyó su solicitud en la posibilidad de que la vista oral se retrase de nuevo si vuelve a haber problemas para conformar el jurado popular.

Los próximos 24 y 25 de septiembre son las fechas en las que se cumplen los dos años de prisión provisional para Porto y Basterra, respectivamente. El inicio del juicio, mientras tanto, está previsto el 29 de ese mes: inicialmente iba a ser este julio, pero la falta de miembros válidos para conformar el tribunal popular obligó a suspender la vista. El fiscal y la acusación particular que ejerce la Asociación Clara Campoamor pidieron que la prisión preventiva se prorrogue más allá de estos dos años en base a la gravedad de los delitos que se imputan a los acusados y al apreciar un "altísimo" riesgo de fuga. La decisión del magistrado probablemente se conocerá a lo largo de la jornada de hoy.

Frente a los alegados expuestos por las acusaciones, los abogados defensores demandaron la puesta en libertad de sus clientes. El abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, que de forma previa a la celebración de esta vista ya había solicitado formalmente esta libertad, justificó su solicitud por la agravación del estado de salud física y psicológica de la mujer, ya que la "situación penosa" que señala que está viviendo va a peor por el "paso del tiempo", con "operaciones pendientes que se van retrasando", así como por el hecho de que está a tratamiento psicológico.

Además de este argumento, el letrado de la madre de Asunta hizo hincapié en el hecho de que lo que parecía un juicio "inminente" se ha ido demorando. Ya con el calendario fijado para julio, la falta de candidatos aptos para conformar el jurado obligó a retrasar el inicio de la vista para el próximo 29 de septiembre. Pero Aranguren teme que pueda haber un nuevo aplazamiento, y por los mismos motivos. "Los candidatos ya presentaron excusas y alegaciones", señala el jurista, que considera que hay gente que tiene miedo a ejercer de jurado en un caso con tanta presión mediática y que otras muchas personas reconocen abiertamente que están "contaminadas" por todo lo que trascendió sobre el asunto. La ley exige que, entre los 36 aspirantes seleccionados por sorteo, al menos exista un mínimo de 20 aptos entre los que poder escoger definitivamente, el primer día de la vista, a los nueve miembros del tribunal y a los dos suplentes.

Pese a que Rosario y Alfonso coincidieron ayer en la comparecencia judicial, en ningún momento se dirigieron la palabra. Una vez la Fiscalía y los abogados expusieron sus alegatos sobre la prórroga de prisión, el magistrado dio la oportunidad a los dos imputados para que emitiesen la última palabra. "Rosario estaba mal, llorando y no pudo articular palabra", describió Aranguren. Basterra, por su parte, sí habló. Lo hizo para proclamar su inocencia y señalar que iba a dedicar toda su vida a perseguir, dijo, al verdadero culpable del crimen.