"Tuvieron muchísima suerte, volvieron a nacer". Esta frase fue una de las más pronunciadas ayer en la localidad lucense de Foz. Y con ella se referían al accidente sufrido por cuatro jóvenes vecinos de Burela de entre 17 y 30 años que salvaron su vida tras precipitarse su vehículo de madrugada por un acantilado de casi 20 metros de altura próximo a la playa de A Rapadoira. Con la excepción de uno de los ocupantes del coche, que ayer por la tarde permanecía ingresado en estado grave en el Hospital da Costa, aunque no se teme por su vida, los demás ya descansaban en sus casas ya que sus lesiones se limitaron a golpes y contusiones leves, además de hipotermia. Todos fueron rescatados en un complejo operativo tras salir por su propio pie del automóvil. El siniestro trajo a la memoria de los vecinos de la localidad otro ocurrido hace décadas, en aquella ocasión con resultado trágico porque fallecieron dos personas.

Ocurría cerca de las cuatro y media de la madrugada. Los jóvenes -los varones M.G.A., de 20 años; C.L.T., de 30; E.S.R., de 19; y una menor de 17- se salieron de la vía con su vehículo en una curva y cayeron al acantilado tras derribar un muro de un paseo existente en la zona. La suerte estuvo de su parte, porque el que la marea estuviese alta amortiguó el golpe y evitó el impacto directo contra las rocas. "Eso seguramente les salvó la vida", afirma un efectivo. Los cuatro pudieron salir del coche, que quedó sumergido en el agua: dos escalaron a un peñasco y otros dos se quedaron allí.

Tras recibir la alerta el 112, este servicio movilizó a Protección Civil de Foz, GES de Cervo, bomberos de Barreiro, así como Guardia Civil de Tráfico, 061 y un helicóptero. El helicóptero fue el que evacuó a los dos chicos que habían logrado escalar hasta el peñasco. Y los bomberos, en un rescate complicado por las condiciones del mismo -era de noche y la visibilidad era escasa, la marea estaba alta y la altura entre rocas era considerable-, pudieron izar a los otros dos jóvenes, un varón y la menor, que, por el susto y el shock de lo sucedido, apenas podían articular palabra. "Uno de ellos no dejaba de llorar", cuentan.

Los cuatro jóvenes fueron trasladados al Hospital da Costa de Burela, donde horas después tres de ellos recibieron el alta, mientras el cuarto quedó ingresado. Una de las hipótesis que se barajan en relación con las causas del siniestro es una velocidad inadecuada.

Además de este accidente, en la N-525 en Cualedro (Ourense) una mujer resultó herida tras caer por un terraplén de 5 metros el vehículo en el que viajaba. Otra persona que iba en el coche resultó ilesa.