Penas que suman 51 años de prisión y multas que ascienden a 45,4 millones de euros. Esta es la condena que impone la Sección Segunda Audiencia Provincial de Pontevedra a un grupo de cinco narcotraficantes gallegos y colombianos que, según el fallo, pretendían abrir "una vía estable de envío de cocaína a España" a través de los puertos de Vigo y Marín. Un error con la mercancía lícita que servía para camuflar la droga, un cargamento de plátanos que entró en 2010 a través del puerto de Vigo, fue clave para que las fuerzas de seguridad dieran con el primero de estos envíos de 55 kilos de cocaína, que estaba oculta en palés de madera.

El tribunal asume la práctica totalidad de las tesis que defendía el fiscal antidroga Luis Uriarte y condena no solo por tráfico de drogas, sino también por pertenencia a organización criminal. Al frente de la misma (al menos de la rama gallega) sitúa a un valenciano afincado en Galicia, Alfredo Martí González, a quien le impone 14 años de prisión. Él jugaba, según la sentencia, el "papel principal" de la red en Galicia y era el encargado de buscar y mantener los contactos con los colombianos.

Otro miembro de la rama gallega era el empresario vigués José Ramón del Río Dacosta, condenado a 10 años. Según el fallo, "aportaba la infraestructura empresarial necesaria para hacer posible la operación de comercio internacional" que sirvió para camuflar el envío de cocaína a través de la empresa Vite Desarrollo S. L., con sede en Vigo. La tercera pata de la trama gallega es José Manuel Currás. Este pontevedrés sería en encargado del transporte y "sacar la cocaína" de puerto "aprovechando los contactos que él mismo tenía en los de Marín y Vigo". Se le imponen también, como al vigués, 10 años de prisión.

Los otros dos implicados son colombianos. Se trata de Guillermo Torres Rodríguez, al que definen como "uno de los representantes de la rama colombiana de la organización" y su función "consistía en ultimar los detalles con la rama gallega" del momento en el que el alijo llegaría a España, así como mantener informados a sus compatriotas "exportadores de la droga". Fue sentenciado a 10 años de cárcel. Su compatriota José Germán Delgado Galvís es el único que el tribunal considera que no quedó probado que formase parte de la organización, aunque sí conocía que lo que estaba facilitando es un envío de cocaína. Es por ello que es penado a 7 años de prisión.

Contactos portuarios

La Audiencia hace hincapié en esa intención de abrir una vía estable en el tiempo para introducir droga utilizando los contactos portuarios de los gallegos y señala que "la actividad del grupo no se limitaría a un envío aislado" sino realizar nuevos transportes "aprovechando estos contactos y la infraestructura creada". Para argumentar esta afirmación, la Audiencia echa mano de las escuchas telefónicas a los implicados en las que señalan, por ejemplo, que "siempre que no nos agarren podemos estar trabajando un añito tranquilamente y después descansar y volver a empezar".

Este primer alijo que enviaron no pasó los controles por los pelos. Fue necesario realizar hasta cinco inspecciones al contenedor antes de hallar la droga camuflada dentro de los palés de madera que traían los plátanos, la carga legal que se importaba.