Una pareja de septuagenarios de Catoira se suma a la larga lista de fallecidos por monóxido de carbono. Jesús Romero Castañeda y Milagros Coira fueron hallados en la noche del pasado lunes muertos en su propia casa, situada a escasos metros de la casa consistorial y al pie de la PO-549. Ambos eran viudos y vivían juntos.

Fue la hija de Milagros Coira la primera en percatarse de que algo extraño ocurría en la tarde del lunes, cuando nadie respondía a las llamadas telefónicas que realizó. La mujer, contaba ayer el cuñado del fallecido, Álvaro Touriño, decidió acercarse a la vivienda para comprobar si se encontraban bien. Nadie respondió a sus llamadas al timbre, por lo que recurrió precisamente al cuñado del hombre, que vive tan solo a unos metros de distancia y a otros vecinos para tratar de acceder al interior de la vivienda. No lo consiguieron, pero si vieron por una ventana que el hombre estaba en la cama y no reaccionaba a las llamadas, por lo que optaron por alertar a la Guardia Civil.

Fue sobre las 23,00 horas del lunes cuando los agentes conseguían abrir un hueco en el cristal de la puerta de entrada y acceder al interior de la vivienda, encontrándose con el macabro hallazgo de los dos cuerpos de los septuagenarios.

El hombre, de unos 75 años de edad, se encontraba en su cama, mientras que la mujer, también de 75, fue hallada sentada en el baño en compañía del perro que poseían, este todavía vivo.

Las causas que provocaron el fallecimiento de los dos septuagenarios están todavía por esclarecer, aunque la principal hipótesis de la investigación que efectúan los agentes de la policía judicial de la Guardia Civil es que pudo deberse a la inhalación de monóxido de carbono procedente de la mala combustión de una cocina de leña o de un calentador que existía en la vivienda, aunque no se descarta ninguna otra hipótesis antes de conocer los resultados de la autopsia que se les practicaba ayer. Lo que si está descartado es una muerte violenta, ya que ni en los cadáveres ni en el interior de la vivienda existía ningún indicio que pudiese derivar la investigación en ese camino.

Los propios agentes que accedieron al domicilio fueron también los que alertaron a los Bombeiros de O Salnés para comprobar si en el interior de la vivienda existía algún tipo de gas. Los bomberos acudieron con un explosímetro para realizar mediciones y aunque sus resultados, explicaban ayer desde el parque de Vilagarcía, no fueron del todo concluyentes, si detectaron presencia importante de niveles de gas, aunque no como para acabar con una vida. Bien es cierto que esas mediciones se realizaron más de una hora después de que los guardias civiles accedieran a la vivienda, por lo que la presencia de monóxido pudo diluirse con la entrada de aire.

Se desconoce en qué momento pudieron ocurrir las muertes, ya que la última vez que se les vio con vida fue por la mañana, cuando una familiar cogió el autobús frente a su casa.