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"Se veía bien y el cuerpo de Asunta no estaba a las 0.30 horas en la pista de Teo", dice un vecino

El hombre vio tres vehículos, incluido el de los que hallaron el cuerpo - La niña era "sana y feliz" pero tenía "congestión", según manifestó ayer el abogado de Rosario Porto

"Se veía bien y el cuerpo de Asunta no estaba a las 0.30 horas en la pista de Teo", dice un vecino

El Juzgado de Instrucción 2 de Santiago vivió ayer otra maratoniana jornada de declaraciones de testigos en el caso de Asunta Basterra, la niña de 12 años cuyo cadáver apareció en una pista forestal de Teo el pasado 22 de noviembre, un crimen por el que sus padres, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, imputados de presunto asesinato, están en prisión provisional. Los cuatro testigos citados ayer por la tarde a propuesta de las defensa de Rosario Porto, que ya habían declarado ante la Guardia Civil, se ratificaron en sus declaraciones aunque con matices importantes, según José Luis Gutiérrez Aranguren, el abogado que representa a Rosario Porto. La hora en que se depositó el cuerpo de la pequeña en la pista de Teo donde fue localizado a las 1.35 horas resulta crucial para su defensa, que sostiene que a partir de las 22.35 horas, cuando denuncia la desaparición, la madre de Asunta tiene coartada en la propia policía.

El principal sustentador de la versión del letrado de Porto, la declaración que Aranguren definió como más "productiva", es el hombre que se paseó tres veces entre las once y media y las doce y media de la noche por la pista en la que se halló el cuerpo después de la una. La investigación considera que Porto pudo colocar el cuerpo de su hija en la pista entre el momento en que un vecino la vio salir de su casa de Teo, a las nueve menos diez de la noche, y las nueve y media, cuando llegó a Santiago. La declaración del vecino "corroboraría" la tesis de Gutiérrez Aranguren, ya que este afirmó ayer ante el juez, según la versión que trasladó el letrado: "No soy Dios como para poder asegurar que no estaba el cuerpo, pero soy muy meticuloso, llevaba una linterna, pasé a 60 centímetros y se veía perfectamente. Porque no soy Dios, pero para mí allí no estaba el cuerpo de Asunta". Además, añadió el abogado, el hombre sí había visto la prenda usada como señuelo en al reconstrucción de la Guardia Civil pese a que trascendió lo contrario.

El testigo, señaló Aranguren, "confirma" además que pasaron por la pista forestal dos vehículos "aparte del blanco de los dos señores que localizaron el cuerpo": "Un vehículo rojo y una persona hablando por teléfono y un vehículo que cree que es un Seat Ibiza negro del que salía una mujer". "Hay más gente en ese lugar que fue vista por testigos que declaran a la Guardia Civil" y "ahora parece que se pone en tela de juicio" su "credibilidad" porque "dijeron algo" que "no era conveniente", sostuvo el letrado.

Según el defensor de Porto, todos los testimonios de ayer "coinciden con su tesis". También en lo que respecta a la asistenta y cuidadora de Asunta, que, según él señaló, dijo que "era una niña feliz de principio a fin" y "no había absolutamente ningún resquemor de la niña hacia sus padres ni ningún miedo a que le hicieran algo y, desde luego, ninguna desconfianza".

Asimismo, según Aranguren, la madre de la amiga de Asunta a la que esta contó el episodio de su agresión asegurándole que habían querido matarla declaró que se lo habría relatado al día siguiente de la visita del extraño asaltante vestido de oscuro.

En lo que respecta a la profesora de ballet, el letrado manifestó que había "encargado una pelota" de pilates de "color gris", diferente a las dos que ya tenía Asunta en casa, "por razón de estatura de la niña", lo que justificaría que Rosario Porto necesitase ir a Decathlon.

Aranguren explicó que el mensaje enviado por Rosario para excusar la asistencia de Asunta a la clase de ballet pocos días antes de morir no decía que estaba "K.O." , sino que la alusión a las pastillas "era una especie de coartada para la niña" porque no le apetecía ir a clase, señaló. Además, enfatizó, la profesora aseguró que "nunca" la vio con episodios de somnolencia ni drogada.

Según Aranguren, uno de los testigos matizó que Asunta había tenido "una congestión importante de nariz, ojos y demás" y, por tanto, según el letrado, "confirma de alguna manera la situación que describió Porto" sobre la alergia. "Asunta era una niña sana", dijo. "Rosario nunca habló de una niña enferma, sino de que tenía alergias como ella" y añadió que "había recibido un tratamiento que no tenía absolutamente nada que ver con la sustancia que después se halló en el cuerpo".

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