El marido de una joyera de Vigo puso en fuga ayer a dos atracadores tras recibir varias descargas eléctricas de las pistolas paralizantes que emplearon en el asalto. La víctima, pese a que los dos encapuchados le intimidaban también con dos cuchillos grandes, logró arrebatarles los pasamontañas y se hirió en una mano al quitarles uno de los estiletes. Una vez descubiertos, los ladrones huyeron sin botín alguno y la Policía busca ahora restos biológicos y de ADN en las prendas que dejaron atrás.

Los hechos tuvieron lugar pasadas las 19.30 horas en la joyería Talia de la calle Pizarro. Un joven tocó el timbre de acceso al pequeño local, y como la titular estaba en el taller en la parte superior, su marido José Luis C. abrió al puerta y se acercó a ver que quería. "Llevaba puesta una sudadera gris y la capucha, pero no le dio importancia porque llovía", explica la joyera. "En ese momento yo bajaba, y ya vi que detrás del primer joven entraba otro poniéndose un pasamontañas. Mi marido intentó echarlos, pero ellos le dieron varias descargas eléctricas para paralizarle", relata la mujer.

El voltaje no fue suficiente, pues el hombre les hizo frente, logró quitarles los pasamontañas, y a uno de ellos -al que tenía retenido por un brazo- un cuchillo jamonero de 30 centímetros. Sin embargo, lo soltó cuando su compañero se le acercó otra vez con la pistola paralizante para defenderse y propinarle un puñetazo. Salió corriendo detrás de ellos pidiendo auxilio, pero los dos jóvenes -de unos 25 años- huyeron hacia la zona de Ribadavia, donde varias patrullas los buscaban anoche.

"Noté la primera descarga eléctrica en el pecho, a la altura del corazón, en cuanto entraron; y después otra en el brazo. No dudé en hacerles frente", explicaba la víctima con gran tranquilidad a su familia. Fue todo tan rápido que en los comercios de la zona nadie se enteró del intento de atraco hasta que llegaron varios coches patrulla y una ambulancia. Efectivos sanitarios realizaron allí mismo las primeras curas al joven en la mano, y lo evacuaron a Urgencias de la calle Bolivia para una revisión más profunda y realizarle un electrocardiograma. A primeras horas de la noche le daban el resultado: las descargas eléctricas no le habían afectado, y regresaba a su casa. El suceso levantó gran revuelo ya que la víctima es muy conocida en la zona, pues sus padres estuvieron hasta su jubilación al frente de la misma joyería que ahora regenta su mujer.