Once kilómetros duró la fuga que emprendió en la madrugada de ayer un vecino de O Vao, en Poio, tras eludir un control de la Guardia Civil en la PO-310. Su huida acabó cuando el vehículo que conducía, un Nissan Sunny que le había dejado un amigo, acabó empotrándose contra un muro en Combarro. Fue detenido.