El atestado de Tráfico que reconstruye el accidente de la AP-53 en el que perdió la vida Marcos Mundín señala que el sistema de seguridad con el que viajaba el niño -cinturón y silla- sí era el reglamentario. Es más, especifica que el joven, de 10 años, llevaba colocado el cinturón de seguridad, pero que el enganche de éste cedió por el brutal impacto de una furgoneta de reparto contra el coche en el que viajaba el chico, que sufrió una parada cardiorrespiratoria tras estrellarse contra el parabrisas del vehículo. El trágico suceso tuvo lugar el pasado 6 de junio -hace hoy cuatro meses- en el kilómetro 51,5 de la autopista, muy cerca de la salida de Catasós, y provocó heridas de consideración a su madre y a su hermana, que aún hoy continúan de baja.

El documento también exime de cualquier responsabilidad en el accidente a la madre del pequeño, que conducía el turismo. La mujer se vio obligada a frenar bruscamente para evitar un choque contra tres perros -dos pastores alemanes y uno belga- que se habían internado en la vía de alta capacidad y cuya presencia ya había sido alertada al 112 por otros dos conductores, minutos antes del siniestro. Los agentes de Tráfico también añaden que fue imposible recoger a los animales, que saltaron monte a través y que, al parecer, podrían haberse internado en la autopista en el acceso de Botos.

La familia, que está ya en posesión de este documento, todavía tiene que decidir si finalmente presenta una denuncia contra la concesionaria de la autopista, la empresa Acega, y contra Fomento. La primera es responsable de la seguridad de la vía, mientras que el citado ministerio, como titular de la autopista, podría ser acusado de homicidio imprudente. Desde este suceso, las únicas medidas que se tomaron por parte de Acega fue la colocación de señales indicadoras de la presencia de fauna en la AP-53, puesto que en varias ocasiones se produjeron impactos contra jabalíes. La autopista cuenta además con vallas que, en teoría, evitan el acceso de animales domésticos o fauna salvaje a la calzada pero que, a la luz de las estadísticas que maneja la Jefatura Provincial de Tráfico, demuestran ser totalmente eficientes. El año pasado, en toda la provincia se produjeron 557 siniestros por arrollamientos de animales. De éstos, 193 fueron a perros.