La imaginación de los defraudadores no tiene límites. Y un buen ejemplo de esto se vio ayer en los juzgados de Vigo, donde un estafador, Manuel S.S., aceptó una pena de un año y medio de cárcel por timar a dos vigueses con la venta de unos hórreos que no eran suyos. El acusado urdió todo un plan sin dejar cabos sueltos para engañar a las víctimas: simuló ser el intermediario de un inexistente comandante de la Marina destinado en Venecia, relatándoles que este mando era el dueño de las típicas construcciones. Incluso llegó a enseñarles in situ unos hórreos. Al final, ni existía tal comandante ni los canastros que les mostró estaban a la venta, pero con sus argucias consiguió que los perjudicados le diesen el dinero para desaparecer después sin dejar rastro.

El juicio iba a celebrarse ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo. Pero ya no fue necesario. El porriñés Manuel S.S., en la actualidad encarcelado, admitió la autoría de un delito de estafa: se enfrentaba a hasta cuatro años de prisión pero, tras la conformidad, aceptó un año y medio, así como indemnizar con 2.800 euros a las víctimas.

Los hechos ya se remontan a 2005 –una de las causas de la demora en el juicio fue que el imputado permaneció tiempo en busca y captura–. Todo surgió porque Manuel S.S. estuvo una temporada trabajando en unas obras que se hacían en la casa de uno de los afectados, y éste les había comentado a él y al resto de albañiles que estaba interesado en comprar unos hórreos para la finca de su casa y para la de su hija. "Él llegó un día y me ofreció dos hórreos, ya montados, por 9.500 euros; no desconfié de él ", cuenta este vigués, quien le habló de esta oportunidad a un amigo que también acabó cayendo en la estafa.

El acusado montó todo un entramado para cometer el fraude. En primer lugar relató a las víctimas que las construcciones eran de un comandante de la Marina que estaba destinado en Venecia y que quería venderlas ya que las fincas donde estaban iban a ser expropiadas para una urbanización. Él se presentó como intermediario. No solo engañó de palabra, sino que se apoyó en la credibilidad que otorgan los documentos. Así, les mostró un falso contrato con el nombre del comandante y supuestamente firmado por éste para llevar a cabo la venta. Y les garantizó que tenía los permisos de Xunta y Concello para el traslado de los hórreos, trámite que es obligatorio.

Fincas

Aún fue más allá. Tras informarles de que los hórreos estaban en Sabarís (Baiona) y Ponte Caldelas, llevó a las víctimas a estos lugares para mostrárselos. Aunque sin entrar en las fincas. Y lo más curioso es que las dos construcciones típicas que iba a vender a ambos afectados eran las mismas.

Los estafados relataban ayer que le pagaron cada uno 9.500 euros. "Cobró el dinero y ya no apareció más", recuerdan. Y fue ahí cuando se dieron cuenta de que habían sido víctimas de un fraude.

Y es que la investigación determinó que todo era mentira. El supuesto comandante de la Marina no existía: se llegaron a hacer gestiones con la Comandancia de Vigo, que así lo confirmaron. El nombre y el DNI que el timador le dio a este mando en el supuesto contrato no se correspondían con nadie. Había creado un personaje. Tampoco existía ningún permiso de las administraciones para trasladar los hórreos: no se habían cursado ni las peticiones, como demostraron las gestiones judiciales. Y los hórreos que les enseñó pertenecían a otras personas totalmente ajenas al entramado y que no tenían intención de venderlos.

"Pasado tanto tiempo no estamos aquí por el dinero, sino para que no vuelva a hacer lo mismo", afirmaban ayer los perjudicados. Uno de ellos tendrá pronto un cruceiro y un hórreo en su finca. "Pero me los están haciendo; no compro nada ya hecho", asegura tras la desagradable experiencia.