Una fiesta de cumpleaños que casi acaba en tragedia. Siete miembros de la misma familia, entre ellos un menor de 12 años, resultaron heridas ayer al derrumbarse el forjado de madera del suelo del salón de una antigua vivienda en las proximidades del colegio de las Calasancias en Vigo. El suceso se produjo poco antes de las cuatro de la tarde, cuando empezaban a comer. El piso de la vivienda, de planta baja, cedió y siete de las nueve personas que se encontraban en la casa se precipitaron al vacío por un desnivel de metro y medio y quedaron sobre los cimientos. Otras dos personas, entre ellas la inquilina de la vivienda, resultaron ilesas porque se encontraban en otra habitación.

Aquejados de contusiones, golpes y dolores en cabeza y espalda, los siete heridos fueron evacuados a distintos centros sanitarios en ambulancia, si bien ninguno presentaba lesiones de gravedad.

"Mi sobrino cumplió 19 años hace unos días y ayer íbamos a celebrarlo en mi casa con una comida", explica Inés, inquilina de la vivienda siniestrada en la que reside con su hijo. Alrededor de la mesa se sentaban su hermana, dos sobrinos, la novia de su hijo, una amiga, el menor y su propio hijo.

"Volvía de la cocina y vi como se precipitaban al vacío con las sillas en las que se habían sentado, y con ellos la mesa puesta y la comida servida; vi al niño en el fondo y corrí a pedir ayuda. Casi todos eran gente joven, yo era la mayor. Fueron momentos horribles", relata esta mujer que trabaja para el Concello de Vigo.

Todavía con el susto en el cuerpo y desde el servicio de Urxencias del Hospital Meixoeiro de Vigo donde estaba siendo atendido su hijo, C.F.A., de 21 años, Inés relataba lo ocurrido poco antes a FARO DE VIGO. "Salimos con lo puesto y no podemos volver, la casa ha sido precintada por la Policía. Confío en que los bomberos puedan acompañarnos a recoger alguna cosa para pasar la noche en casa de mis familiares. No nos han dejado coger ni el DNI ni la tarjeta sanitaria. Los peritos decidirán si hay riesgo de que entremos a por nuestras cosas", explicaba.

Algunos vecinos de la calle Montecelo Alto, donde se produjo el siniestro, denunciaban ayer que tras la voladura de las obras del puerto la víspera habían aparecido grietas en sus viviendas. "Me dijeron que hubo un terremoto, pero no me enteré porque a esas horas estaba trabajando", afirma Inés. Los propietarios de la casa aseguraron que a pesar de su antigüedad, la vivienda había sido reformada y pasó las inspecciones.