Asesinato con ensañamiento y robo con violencia e intimidación, estos son los delitos que se le imputan a Rosa Alexandra, la mujer de 37 años de origen uruguayo acusada de asesinar en agosto de 2008 a José Benavides Riobó, de 27 años, en el piso en el que éste residía con su madre en el barrio vigués de Coia.

La condena que tanto acusación como Fiscalía piden para la procesada es de 25 años de cárcel, 20 años por asesinato y 5 más por robo con violencia.

La defensa, por su parte, pide la absolución plena de la procesada y alega que la muerte del joven se habría producido en defensa propia ante el intento de éste de mantener "contactos de carácter sexual" con la acusada. Además, el abogado de la acusada afirma que no existen pruebas "definitivas" que confirmen el robo por parte de su cliente e hizo hincapié en el estado de "intoxicación etílica" en el cual se encontraba su defendida la noche del 8 de agosto de 2008, durante la cual transcurrieron los actos.

Al parecer, y según se ha podido comprobar por medio de la investigación de la Policía, el joven de Coia habría recibido una veintena de puñaladas tras llevarse consigo a Rosa Alexandra a casa, a la cual conoció en una discoteca esa misma noche. La acusada ya alegó en su momento que se encontraba a solas con el joven asesinado cuando los hechos tuvieron lugar pero dice que no recuerda haberlo acuchillado y que ambos habían bebido alcohol y consumido drogas.

Los forenses determinaron que Benavides poseía una tasa de alcoholemia de 1,06º por litro de sangre en el momento de su muerte pero no presentaba restos de droga alguna en su organismo de la noche anterior.

Tales niveles de alcohol habrían mermado su capacidad de defensa entre un 15% y un 17% según las investigaciones forenses.

Por su parte, la acusada, que se pasó todo el fin de semana en el piso de la víctima, compartiendo estancia con el cadáver, no dio positivo ni en los test anti-droga ni en la prueba de alcohol, aunque su abogado alega que esta última prueba fue echa 48 horas después los acontecimientos, el lunes por la mañana, tiempo, según la defensa "más que suficiente para que los restos de alcohol desaparezcan".

Fueron encontrados 3 cuchillos en la casa, dos de ellos con sangre de la víctima y todos con restos de epiteliales de la acusada. Además, los vecinos relatan que escucharon gritos de voz masculina pidiendo "auxilio" la noche de los actos.

Tras dos sesiones de juicios y una última sesión de conclusiones (que se produjo ayer) el caso queda visto para sentencia. Ésta podría variar desde los 12 a los 25 años de prisión, dependiendo del grado de culpabilidad que el juez entienda correcto, hasta, en caso de que el magistrado otorgue la razón a la defensa, a la absolución plena de la acusada.