Los dos testigos que faltaban por declarar en el caso del joven que quedó supuestamente sordo de un oído por una pedrada en Chapela inculparon ayer a uno sólo de los tres imputados, a S.R.P, durante el juicio celebrado en la Audiencia viguesa.

Sin embargo, el fiscal considera que la declaración de ambos, el hermano y un amigo de la víctima, se produjo "bajo el miedo que se les notaba al hablar" y pidió que la jueza tomara como válido lo que declararon en la fase de instrucción, cuando acusaron a los tres imputado.

La Fiscalía mantiene que los tres inculpados actuaron en bloque arrojando piedras sobre el vehículo en el que viajaba la víctima con otras tres personas y que la pérdida de un 97% de audición en un oído sufrida por la víctima fue consecuencia del golpe de una piedra al romper el hueso peñasco. El fiscal pidió una pena de seis años de prisión para dos de los imputados, S.R. P. y M. A. S. L., y nueve años para A. S. L., por tener antecedentes penales. Se les acusa de un delito de lesión grave con resultado de pérdida de un órgano principal y se les pide una multa de 3.960 euros y una indemnización de 19. 405 euros para el herido.

Los abogados de los imputados piden la libre absolución. Se basan en que la pérdida de audición no fue causada por la pedrada, sino por el accidente que tuvo la víctima debido a su "falta de pericia al conducir ebrio" y y recordaron que al joven se le había retirado el carné recientemente. Señalaron como atenuante que los tres acusados socorrieron a la víctima y, en el caso de S.R.P., que se hallaba bajo el efecto de estupefacientes.

Los hechos ocurrieron en 2008. Cuatro jóvenes estaban en un piso con una chicas cuando llegaron los acusados, que supuestamente los siguieron y emprendieron a golpes y pedradas con el turismo en el que huían.