Quince años después de la desaparición de la compostelana María José Arcos, el principal sospechoso durante todo este tiempo declarará hoy imputado por un presunto delito de asesinato ante el juez de Ribeira que instruye el caso. El auto judicial dictado para su detención el pasado martes considera que hay indicios y causa suficiente contra Ramiro Villaverde, cámara de televisión y expareja de la mujer, dadas sus contradicciones en declaraciones anteriores. No hay cadáver, pero los investigadores de Homicidios han aprovechado los tres días que el detenido permaneció en los calabozos de la Guardia Civil para realizar en su presencia los registros de sus propiedades. Si el miércoles se inspeccionaba su casa en Teo (Santiago), ayer se desplazaban a la casa natal en la localidad pontevedresa de Cotobade, de donde los agentes se llevaron numerosas cajas con documentos. No obstante no llegaron a utilizar el georradar para intentar localizar restos humanos en la finca como estaba previsto.

La familia de María José Arcos, que ha luchado para que el caso no se cerrase durante todo este tiempo, asume Ramiro Villaverde puede quedar en libertad tras declarar en el Juzgado de Instrucción 1 de Ribeira. "Pueden dejarlo en libertad y encontrármelo el lunes en Santiago, pero los tres días que ha pasado detenido nos llenan de satisfacción y nos dan fuerzas para intentar que se aclare lo ocurrido. Esta detención debía haber tenido lugar hace 15 años y no ahora", explica Teresa Arcos, hermana de la víctima.

Ramiro Villaverde regresó ayer a su casa natal en Parada (Cotobade) con la Guardia Civil y en compañía de su abogado asistió al registro. La inspección duró unas dos horas y los agentes registraron la casa y la finca, así como un hórreo. El recinto es frecuentado aparentemente, pues había perros en el interior y la hierba parecía haber sido cortada recientemente.

María José Arcos, que tenía 35 años, desapareció el 15 de agosto de 1996 sin dejar rastro alguno. Su coche apareció tres días más tarde frente al faro de Corrubedo y en su interior se hallaba su bolso, con la cartera y la documentación, el tabaco y otros objetos.

El detenido, si decide colaborar y declara, tendrá que hacer frente a numerosas contradicciones. Una de las más importantes gira entorno al millón de pesetas que unos meses antes de morir le habría prestado la víctima para que pagara la plaza de amarre en Ribeira de un barco que se había comprado. Un dinero que, según al familia, nunca devolvió y que junto a posibles conflictos sentimentales de pareja pudo ser el móvil de la desaparición involuntaria de la joven. "Él fue el último que la vio y se ha probado, aunque en principio aseguró que no sabía nada de ella y había estado en la cama con gripe", incide Rosa Arcos.

María José no es la única persona desaparecida tras haberse reunido con Ramiro Villaverde. Seis años antes, en 1990, un músico con el que al parecer tenía diferencias por un lío de faldas, desapareció en Pontevedra tras reunirse con él en la discoteca La Luna. Nunca se supo qué pasó ni hubo prueba alguna contra nadie. El caso se reabrió en varias ocasiones, una cuando desapareció María José, sin bien nunca llegaron a unirse ambas causas como pretendía la familia. Un hijo del músico aportó en 2006 su ADN al banco de desaparecidos. Si existió crimen, éste habría prescrito en enero de este año.