Un juicio que no se ha librado de la polémica. La Audiencia Nacional acoge esta semana el inicio de la vista contra la red presuntamente liderada por el hijastro de Laureano Oubiña David Pérez Lago, implicada en el desembarco de casi dos toneladas de cocaína en Corme (A Coruña). Aunque la Fiscalía realizó un escrito inicial en el que pide condenas de más de 250 años de prisión para los 14 acusados, pase lo que pase estas penas no serán las finalmente impuestas a los procesados. En primer lugar, porque la acusación debe modificar sí o sí a la baja sus peticiones conforme a la reciente reforma del Código Penal que suaviza los castigos a narcos. Y en segundo lugar, porque el proceso llega a juicio con el telón de fondo de los acuerdos previos a los que se ha intentado llegar con la Fiscalía para rebajar las penas: de 20 a 9 años de cárcel en el caso de Pérez Lago, y de 18 a 7, en el del resto de implicados.

Habrá que esperar al jueves, cuando arranca el juicio, para ver si finalmente hay cabida a la conformidad. Aunque en las negociaciones la mayoría de imputados habría aceptado el acuerdo, no todos estarían conformes, entre ellos la abogada arousana Tania Varela, también imputada.

Con la incógnita en el aire, los catorce acusados se sentarán en el banquillo de la Sala de lo Penal de la Sección Primera de la Audiencia Nacional. De celebrarse el juicio, está previsto que dure cinco días. El escrito inicial de la Fiscalía pedía 20 años de cárcel y multas de 636.160.116 euros y 318.080.058 euros para el hijastro de Oubiña como cabecilla. Para los otros trece procesados demanda 18 años y las mismas multas que a Lago, ya condenado a seis años de prisión por el hachís del Regina Maris y pendiente del proceso por blanqueo de la "Operación Roble", cuyas diligencias lleva la Audiencia de Pontevedra.

Sobre el juicio de esta semana, el fiscal relata que en 2006 los procesados integraban una red internacional dedicada al tráfico de drogas por vía marítima: serían la parte de la banda ubicada en Galicia y especializada en la introducción en tierra de la cocaína, valiéndose de lanchas rápidas tras salir al encuentro del buque nodriza en alta mar.

La organización estaba dirigida, según el fiscal, por Lago, que tendría como hombre de confianza a Vicente Maneiro Dios y Ricardo Cores Chazo, y para supervisar la recepción de la droga en alta mar, el primero se servía de Fernando Suárez, ´El Pirata´.

En abril de 2006, relata el fiscal, se detectaron dos operaciones de introducción de droga en la costa. La primera, de 2.000 kilos. Un operativo en el que hubo problemas al quedarse sin combustible una embarcación. La segunda operación sucedió a partir del 25 de abril, cuando la red planeó introducir cocaína con una lancha rápida. Como en la anterior, el barco tuvo problemas mecánicos y de combustible, además de por el temporal, lo que obligó a la banda a tratar de acudir en su ayuda por medio del Juana Elvira sin lograrlo. Por ello, Pérez Lago y Vicente M.D. acudieron al parecer en su auxilio: ambos acabaron después interceptados por las fuerzas de seguridad en Corcubión, y en Ponteceso se incautó una semirrígida con 1.705 kilos de coca.